Ganar la guerra no es suficiente para ganar la paz, dice Jean Pierre Bosser, del comando del Ejército francés, con relación a la difícil responsabilidad del presidente de Francia en el 2017, quien deberá actualizar el Libro Blanco, con la Política de Seguridad y Defensa Común PSDC, para Europa.
El poder político, cuando se siente responsable, debe prever el escenario de seguridad y el proyecto estratégico nacional, para responder a las nuevas amenazas, defender a los ciudadanos en sus intereses y valores en el territorio nacional y al mismo tiempo como implementar la Guardia Nacional preservando las respectivas misiones de las FF.AA., de la Gendarmería y de la Policía.
Esta circunstancia de seguridad es la que en nuestro medio motivo la enmienda constitucional para nuestras FF.AA., que en lugar de ser complementarias a la seguridad, como es lógico, se impuso como complementaria de la Policía, convirtiéndolas en sus auxiliares.
En Francia los militares claro que se encuentran en las calles y en lugares estratégicos cumpliendo el Plan “Vigipirate” de antiterrorismo. Están complementando la misión de seguridad, no complementando a la Policía; por lo tanto, cumplen sus misiones aplicando su propia doctrina militar.
En nuestro país en cambio, la preocupación esta en como destruir lo que nos queda de institucionalidad; luego de la inacabada provocación incesante. Los “picnics” o amagos de cuerpos paramilitares, para los comités de defensa de la revolución, CDRs, de organización popular y fuerza de choque gubernamental se anticipan a la propuesta del Libro IV, mantenido al acecho en la Asamblea.
Aprovechando la gran oportunidad el legislador se apresura en proponer que se excluya a los comandantes de las FF.AA. y de la Policía, “Para fortalecer la institucionalidad hay que adecuar el nuevo Consejo Directivo tanto del Issfa como también del Isspol”, como manifestó Cayambe.
El Consejo de Seguridad Pública y del Estado COSEPE, fue cesado porque no les gusto reunirse con los mandos militares, por lo tanto nunca sesionó en la última década, ni ante el ataque de Angostura, o la nueva situación de paz en Colombia. Ese nuevo escenario de seguridad, como siempre, fue diseñado en el seno de la 35.
Por esta misma razón no se cumple con la ley Orgánica de la Defensa que impone que el Ministro de Defensa presente informes técnicos de los organismos de las FF.AA., para discusión en el Asamblea.
El país se ahoga entre la droga y la inseguridad sin política de defensa ni proyecto estratégico que de protección aérea fronteriza y proteja a la población en el territorio nacional. La prioridad es desarticular a las FF.AA. una vez legalizada la delimitación fronteriza, así se considera haber ganado la paz para la revolución ciudadana.