A los ciudadanos no nos queda otra cosa que lamentar, canturriando la vieja canción Me parece mentira, ante las cosas que pasan y los disparates que nos dicen. Me parece mentira que el Consejo de Participación Ciudadana conciba la idea de eliminar los riesgos de una elección, planteando, en la misma elección, la eliminación del organismo que los ciudadanos integraríamos mediante el voto. No lo creería si no los hubiera escuchado decir en televisión que el organismo no sirve para nada, es decir, ellos mismos, y que podrían poner a consulta en la misma elección, su eliminación. Nos condenaría a ser absurdos votando en una papeleta la integración y en otra papeleta la eliminación. ¿Qué votaríamos primero, la eliminación y después la integración? O ¿primero la eliminación y después la integración?
Lo más triste de todo es que el Consejo de Participación Ciudadana Transitorio, es la vieja ilusión democrática de tener un Consejo de sabios y buenos, por eso tiene un respaldo popular tan alto. ¡El brujo del pueblo nos dice ahora que no cree en la brujería!
Me parece mentira que el hacker australiano resulte ecuatoriano de la noche a la mañana, en un acto de picardía diplomática, concebido para pasar por las narices de las autoridades británicas un elefante invisible, para llevarlo a Moscú convertido, de la noche a la mañana, en diplomático ecuatoriano. ¡Solo pensarlo da vergüenza! Y parece mentira que, lejos de albergar una nada de gratitud, el australiano-ecuatoriano interponga una acción de protección contra el Estado que le permite eludir la responsabilidad por sus trapacerías, y que se presente como su abogado un juez destituido por corrupto.
Me parece mentira que hayan dejado escapar al ex Secretario de Comunicación a quien los jueces pusieron un grillete electrónico para evitar que escape. ¡Aquí se atan perros con longaniza! Los sabios investigadores y las estrictas autoridades dicen ahora que sospechan seriamente que tuvo ayuda de sus cuidadores porque nadie reportó a sus superiores las 241 alertas emitidas por el grillete chino.
Parece mentira que autoridades de gobierno digan ahora, año y medio después, que tienen espías por todas partes. Hasta los más confiados aconsejaban que limpien de correístas la administración pública, que no se puede encargar a los corruptos la lucha contra la corrupción. Hasta los más lerdos piensan que deberían investigar a los que pasaron de empleados a contratistas, que digan quién era el organizador. Tal vez quieran hablar, tal vez solo hace falta alguien que les pregunte.
Me parece mentira que altos funcionarios se burlen de los ecuatorianos sacando, como conejo del sombrero, el proyecto del tren playero. Si se desinfla la popularidad no se remediará con ofertas nuevas, cuando no han podido cumplir las que hicieron en la campaña. Parece mentira que ellos mismos ridiculicen su proyecto calificándolo como Tren Bala… va a la playa.
lecheverria@elcomercio.org