No, este gobierno es políticamente demasiado hábil como para anunciar un paquetazo. Pero al mismo tiempo los números son económicamente demasiado contundentes como para no darse cuenta de la imperiosa necesidad de un ajuste muy importante. Así, la única manera de hacer lo correcto es de poquito en poquito, sin un paquetazo, sino con varios paquetitos.
Y habrá que anunciarlos, pero discretamente, para no pelearse (todavía más) con el causante de los problemas que se busca arreglar. O quizás, en algunos casos, ni siquiera anunciarlos.
Cuando en el pasado los gobiernos heredaban una situación económica calamitosa, en los primeros días de su período, el nuevo ministro de finanzas salía en cadena nacional y anunciaba una serie de medidas económicas de ajuste, diseñadas para devolverle al país los equilibrios económicos.
El asunto es que en esas ocasiones no había necesidad de mantener una buena relación con el gobierno anterior y se podía explicar al público que todo lo malo que estaba sucediendo era para deshacer los problemas heredados.
Pero con el gobierno actual es diferente, porque por un tema de sobrevivencia política no puede echarle la culpa de todos sus males al gobierno anterior, no porque no sea el culpable de los problemas, sino porque ambos gobiernos son del mismo partido.
Y aunque en el gobierno de Correa se desequilibró las cuentas del Estado gastando demasiado y se le quitó su productividad al país haciéndolo caro y se sobre-endeudó al gobierno para mantener alta su popularidad, a pesar de todo eso, el gobierno de Moreno tiene que mantener algún nivel de apariencias y limitar el nivel de ruptura con un ex presidente que todavía tiene un peso importante en algunas instituciones claves del Estado.
Y por otro lado, el anuncio de un paquetazo daría la excusa perfecta para empapelar a Lenín, acusándolo de “neoliberal”, de digno heredero de los gobiernos de la larga noche y quien sabe de cuántas otras frases pegajosas.
Si esta teoría de “los paquetitos” es correcta, eso explicaría la frecuencia con la que se han anunciado pequeños recortes de gasto (pero ninguno grande), por qué el Prepuesto del año 2017 solo reduce mínimamente el gasto público frente a aquel del año 2016 y por qué los anuncios en general superan ampliamente a las acciones.
Por lo tanto, las medidas anunciadas (y las pocas implementadas) están en la dirección correcta, pero su avance es tremendamente lento y esa estrategia tiene el peligro de llegar a la meta demasiado tarde o cuando los problemas sean otros y las soluciones estén caducadas.
El peligro es aplicar la medicina cuando el paciente haya empeorado o llegar a la meta cuando la meta haya cambiado.
@VicenteAlbornoz