Diego Cevallos Rojas

La pandemia que viene

La pandemia del covid-19 exhibió las falencias de los sistemas locales de salud, la inequidad entre y dentro de los países, el poder de las farmacéuticas y las fallas en los acuerdos y protocolos globales acordados para hacerle frente. ¿Se aprendió? ¿Estamos listos para la próxima pandemia?

Sí habrá una próxima pandemia, advierten la ONU y los científicos. ¿Cuándo? No lo sabemos. Los cierto es que todo brote infeccioso puede convertirse en pandemia. Las interacciones humanas, la destrucción del hábitat, la cercanía con animales, la contaminación de alimentos y otros elementos, potencian esa amenaza.

Los datos y estudios indican que en América Latina y El Caribe faltan camas de hospital (2,1 por 1 000 habitantes, en la OCDE es de 4,7), el gasto en salud es bajo (3,8 % del PIB, en la OCDE 6,6 %), se necesitan más médicos y millones no cuentan con servicios básicos de salud. Esa es la fotografía. No es la peor en el mundo, pero está entre ellas. ¿Podremos así lidiar con la nueva infección global?

La pandemia del covid mostró falta de preparación de la humanidad. En nuestra región, eso se expresó en 1,7 millones de muertos, imágenes de hospitales saturados, largas filas de dolientes –muchos agonizantes--, familias destrozadas, enfermos muriendo solos. Vimos hasta presencia de personal de salud en las calles pidiendo equipamiento y capacitación.

Las diferencias entre hospitales públicos y privados fueron evidentes en materia de recursos, seguridad y cultura organizacional. También los abismos entre la clase alta y las mayorías. Y en política no faltó la ausencia de ética. Cuando llegó la vacuna se la administraron en secreto funcionarios y empresarios privilegiados.

La ONU propugna la firma de una convención para enfrentar futuras pandemias. Las negociaciones van en cámara lenta. En nuestros países, en tanto, se han definido planes para los nuevos brotes y ciertamente se han hecho varios ajustes. No obstante, hay más palabras que hechos.

Esperemos que la nueva pandemia tarde y mucho, aún no estamos listos.

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