Tharanga Yakupitiyage
La evasión fiscal y el secreto que rodea a algunas prácticas financieras, descubiertas por los ‘Papeles de Panamá’, tienen un costo humano enorme en los países en desarrollo y amenazan la concreción de los ambiciosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La filtración de documentos, divulgados por varios medios como el diario alemán Süddeutsche Zeitung y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés), ya causó manifestaciones e investigaciones de autoridades nacionales en distintas partes del mundo.
Los ‘Papeles de Panamá’ conectan a miles de destacadas figuras públicas con empresas en 21 paraísos fiscales y destapan el funcionamiento interno del sector financiero en localidades que ofrecen ventajas fiscales.
Los documentos filtrados pertenecen al estudio de abogados panameño Mossack Fonseca, con 210 000 entidades, y al que ya acusan de haber ayudado a funcionarios públicos y a corporaciones multinacionales a evadir impuestos. El bufete sostiene que la prensa tergiversó la naturaleza de su trabajo y su papel en el mercado financiero global.
El coordinador de política de Transparencia Internacional, Craig Fagan, comentó: “Y pensar en los millones de documentos divulgados y el número de destacadas figuras (implicadas en el escándalo), y es solo un estudio de Panamá”. Y reflexionó: “Podemos estar seguros de que hay muchos otros, ya sea en Londres, Hong Kong, Nueva York o Miami que operan estructuras similares”.
Según los cálculos de Oxfam, por lo menos 18,5 billones de dólares están escondidos en paraísos fiscales. Para la organización, dos terceras partes están ocultos en paraísos relacionados con la Unión Europea, y el resto en lugares vinculados con Gran Bretaña, donde permanecen sin declarar ni gravar. Y Oxfam alega que son estimaciones conservadoras.
El Swissleaks, el anterior escándalo similar divulgado por ICIJ en 2015, reveló que 106 000 clientes, de Venezuela hasta Sri Lanka, escondieron más de 100 000 millones de dólares en cuentas del banco HSBC.
Un análisis de la Red de Justicia Impositiva reveló que se desvían entre 21 billones y 32 billones de dólares a través de compañías en paraísos fiscales. El hecho tiene graves consecuencias para los países en desarrollo, que se pierden de recaudar 100 000 millones de dólares al año en impuestos, remarcó Oxfam.
La organización también concluyó que solo la malversación de fondos por parte de las corporaciones multinacionales le cuesta a los países en desarrollo entre 100 000 millones y 160 000 millones de dólares al año. Si se le suma la transferencia de activos, la pérdida asciende a entre 250 000 millones y 300 000 millones de dólares. El dinero “perdido” podría sacar de la pobreza tres veces a todas las personas, según Brookings Institution.