Gustavo Arteta
Cuando el gobierno emite bonos, lo hace a tasas de interés de 9% o más. Otros países lo hacen a tasas de entre el 3% (Chile) y el 7.5% (Argentina). Para entender esto puede ser útil ver cómo piensan los inversionistas en Wall Street.
Para empezar, los inversionistas siempre recuerdan que comprar papeles del Estado ecuatoriano es riesgoso, pues el Ecuador deja de pagar su deuda externa, en promedio, cada 9.5 años (por voluntad propia o necesidad) y, con mucha mayor frecuencia, no paga la deuda interna (pregúntele al IESS).
Entonces, cuando un inversionista recibe una llamada de un banco de inversión ofreciéndole un papel ecuatoriano, inmediatamente se hace la pregunta: “¿qué tasa de interés deberían pagarme para compensarme por el riesgo de que en un día me despierte con la noticia de un nuevo ‘default’?” Dicho de otra forma, “si pongo en riesgo mi dinero o el de mis inversionistas comprando un bono ¿voy a poder dormir tranquilo?”
En estos días, dormir ‘tranquilo’ significa más del 9%. Veamos por qué.
Si el Ecuador hace una emisión de bonos a diez años que pagan una tasa de interés de 9.25%, un bonista que invierte USD 1 000, debería recibir USD 92.50 (en cupones) por intereses anualmente. Sumaría USD 925 en 10 años. En el último default del 2008, los inversionistas recuperaron USD 0,35 por cada dólar que he habían prestado al país.
Esa ‘quita’ es vista como la tasa de recuperación probable y por eso el bonista piensa que posiblemente de los USD 1 000 de capital solo recuperará USD 350 más USD 879 en intereses (no recibe el último cupón). Es decir, debería recibir USD 1 925 pero espera recibir USD 1 229. Este cálculo produce una tasa de rendimiento de 2.41% (en 9.5 años), bastante menor que el 9.25% aparente de la ‘alta’ tasa.
Naturalmente, el inversionista compara con otra alternativa para invertir. Por ejemplo, un bono del gobierno americano a 10 años que paga 2.4% y no tiene riesgo de default. Vemos entonces cómo bono ecuatoriano, que promete pagar 9.25% tiene un rendimiento esperado similar al de un bono del tesoro americano que paga 2.4%. La mayor tasa de interés compensa por el riesgo. Si el Ecuador tratara de ofrecer el bono al 7%, el rendimiento esperado en 10 años sería 0.2% y el inversionista no lo compraría y preferiría un bono del gobierno americano.
Pagamos más de 9% por la reputación de pésimos pagadores. Además, cómo el último default fue en 2008, muchos inversionistas creen que el próximo será en uno o dos años, más aun cuando miran la situación fiscal y económica. Para bajar la tasa de interés, los inversionistas quisieran ver al gobierno aplicando políticas creíbles que reduzcan el déficit fiscal y fomenten crecimiento, políticas que convenzan a esos seres extraños de Wall Street, que no habrá un nuevo default.