El voto militar es un derecho político que a pesar de ser facultativo, no deja de preocupar inadvertidamente por el peso que tendría en el sistema electoral que se desenvuelve en al país.
Probablemente se estima que siendo las FF.AA. una institución organizada, jerarquizada y disciplinada, sería más proclive a la presión psicológica, de comunicación o ejercicio de influencia de autoridades que por su capacidad de mando o relacionamiento social, puedan insinuar una determinada inclinación del voto individual de los militares; con lo cual se afectaría al ejercicio de un derecho político del personal y se estaría realizando ilegalmente un proselitismo que afecte a la imparcialidad de la institución en el procedimiento democrático nacional.
La atención no debe circunscribirse únicamente al voto militar en cuanto derecho político del ciudadano militar, sino a la responsabilidad institucional del Ministerio de Defensa para fortalecer el “Profesionalismo democrático” de las FF.AA., lo cual implica que la Institución militar siendo componente vital, junto con otras instituciones democráticas, debe basarse en las leyes para asistir al poder político en la solución de los problemas de la convivencia social y concretar los intereses relacionados con el bien común.
Profesionalismo democrático significa respetar al Poder Político constituido, aceptar el control político democrático, subordinarse a la autoridad, a sus decisiones políticas y a la Política de Defensa Nacional.
Significa también que siendo obedientes y no deliberantes según el artículo 159 de la Constitución, no se puede realizar proselitismo, prescripción que no está asignada únicamente a los miembros de la Institución Militar, sino también a quienes la representan política y administrativamente. Por lo tanto, el proyecto de la Revolución Ciudadana atribuida como progresista y de implementación autoritaria, cuando dice que hay que democratizar a las FF.AA., lo que está haciendo es implementando un antimilitarismo. Considera a los militares como actores claves de la revolución ciudadana, como lo dijo en su posesión la ministra de defensa. Es antimilitarismo la pertinaz e inconsulta reforma de las FF.AA., aduciéndose que están subutilizadas, reducción hasta la disfuncionalidad al seguro social militar, reducción fatal e inconsulta de efectivos militares, intención de crear una policía civil armada a la que se subordine el Comando Conjunto de las FF.AA.. Y búsqueda de alternativas para el sistema de defensa nacional con lo cual desaparecería el concepto de disuasión y de defensa nacional.
La profesionalidad democrática es una respuesta institucional a las normas establecidas y a la confianza que la institución se ha ganado en la población, para garantizar un sistema político democrático que asegure la paz y el progreso nacional.