La incapacidad de distinguir la fantasía de la realidad en la que envuelven a los medios de comunicación denominados públicos, va mucho más allá de la estrategia conocida de Goebbels, de hacer verdad una mentira repetida.
El hecho es que para crear una hiperrealidad hay que tener en mente la ficción, de la revolución socialista del siglo XXI, y desprenderse de la realidad objetiva, “maquillándola” si es necesario, para cautivar a la población.
Decir que Cristina de Kirchner, es una mujer “icónica” de América Latina ejemplo a nivel mundial. Que la crisis de Venezuela, es producto de un boicot económico, es tan surrealista como afirmar que la imaginaria acción de la restauración conservadora es una recomposición de la derecha que siempre trata de desestabilizar. Como se dice del supuesto golpe parlamentario de Brasil que atenta contra la integración al que se acusa además de ser el producto del nuevo Plan Cóndor, atentatorio contra la democracia, cuando representa un guión político inventado.
Sin embargo la consecuencia de un discurso no es tan grave como firmar un tratado con Rusia en el que Ecuador, se inscribe como socio estratégico. La Cancillería destaca que el Ecuador se inserta en forma inteligente y audaz de forma soberana en el mundo “multipolar” para “superar” el modelo de comercio exterior de exportación de materias primas.
Desconoce que la prioridad del plan económico ruso ha sido migrar hacia el Pacífico ya que en el Asia es donde se mantienen los clientes de sus materias primas porque asimismo en el Asia es donde Rusia prepara su devenir futuro.
Por esa razón, los productos esenciales de las exportaciones de Rusia se inscriben en el 82.5% de productos minerales, 5 % de maquinaria y equipo, 6,3 % de productos químicos, 2,2 % de productos derivados de madera y 2,6 % de productos agrícolas.
Rusia es consciente que integrándose con Europa es donde se puede conformar el tercer pilar del nuevo orden mundial que se encuentra en proceso de estructuración geoeconómica, dejándose el modelo bipolar entre Asia y Norteamérica; por lo tanto, ciertamente es ser audaz hablar de una multipolaridad a la que el Ecuador cree insertarse.
La modernización de la economía rusa está en alcanzar mayor inversión extranjera y en integrar a los grupos económicos rusos a los mercados internacionales, aspectos incomprensibles para la revolución ciudadana.
La improvisación inocente por falta de estudio y adecuado asesoramiento pone la imagen y prestigio del Ecuador en entredicho, ya que siendo un país marítimo de la Cuenca del Pacífico, con un acuerdo comercial con la Unión Europea que capta el 30% de nuestras exportaciones no petroleras, sigue pensando en la integración con Rusia y Bielorrusia de la comunidad Euroasiática.