El Oriente no es un mito

El presidente Galo Plaza -1948 a 1952- tuvo aciertos evidentes en su vida política pero no le faltó un error. Fue cuando dijo que “el Oriente es un mito” refiriéndose al terreno de la zona y luego de un aparente fracaso petrolero.

Su frase recibió críticas en su tiempo pero más aún las recibiría hoy cuando está saliendo a flote que la región amazónica no solo es -y ha sido en los últimos lustros- el gran emporio del oro negro sino que se va presentando también como un baluarte en el campo de la minería. A estas alturas recordamos como en los años sesenta dos jóvenes, Simón Bustamante Cárdenas y Marcelo Ribadeneira, viajaban, jineteando cada uno su caballo, a la zona oriental, sospechando que no era un mito y que se perfilaba un futuro interesante. De vivir actualmente verían con inquietud y con entusiasmo otros panoramas muy interesantes.

Peo la última novedad es triste y amarga. Del escenario petrolero se pasó al minero, algo que no había sucedido en la época de las vacas gordas y sí cuando hay recesión. El escenario del último episodio es la zona de los shuaras, es decir de los indígenas a los cuales los conquistadores españoles llamaron “jíbaros” y les enfrentaron hace varios siglos. Suponemos que en el caso de la mina de cobre de Morona Santiago hubo diálogo y negociación pero también disgustos. Lo lamentable fue que el miércoles 16 se registró el ataque aborigen con el saldo de un policía muerto y seis heridos. La reacción oficial fue indignada y en sectores orientales se perfilaron respuestas de tono menor, con el ánimo de mejorar el clima humano de la región. El Gobierno y el Jefe Rafael no aceptan el diálogo hasta que sean apresados los autores. Quieren sentar precedentes para que no se repitan los embates. Por lo pronto hay varios detenidos y la oferta de una recompensa para quien informe sobre el autor del disparo fatal. Qué triste.

Todo sucede alrededor de la mina de cobre, que contempla un territorio de 40 mil hectáreas y un contrato celebrado con la empresa china Explorcobre, según las informaciones difundidas. Se habla también de otra mina, Fruta del Norte, pero en este caso trata de la búsqueda de oro por parte de una firma canadiense, Luningold, en Zamora Chinchipe. La versión indica que una de las condiciones es el pago de un anticipo que será usado en obras que favorezcan a la zona y a sus habitantes.

Se anuncian las prisiones de una decena de indígenas de la zona, entre ellas la del dirigente shuar Agustín Wachapá, mientras los dirigentes tribales protestan por las detenciones y la exagerada presencia de la fuerza pública. Por otra parte los ministerios del Interior y del Ambiente abrieron un proceso de disolución de la personería jurídica de la Ong Acción Ecológica, bajo la acusación de estimular la violencia usando las redes sociales. La dirigente Esperanza Martínez anotó que dicha entidad tiene 30 años de vida y su actividad ha sido siempre positiva. Dentro de diez días se dará a conocer la decisión oficial. ¿Con la posibilidad de un cierre?

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