La peor demostración de mezquindad y oportunismo inmoral es el aprovechamiento de las tragedias y su utilización como peldaños electorales o como purificadores de glosas y sentencias justamente impartidas, por la Contraloría y por el poder judicial, a una amplia serie de individuos deshonestos, que se apropiaron del dinero de los ecuatorianos.
El país se sacudió sorprendido por el abrupto ataque incendiario a la capital y a varias ciudades, las imágenes dantescas de gigantescas lenguas de fuego que consumían árboles y plantas en parques y laderas y ponían en serio riesgo la integridad de algunas viviendas causaron angustia y desazón ciudadana. Los “linces”, que están a la expectativa de todo pretexto que les permita disfrazar su desprestigio, aprovecharon esta desesperada situación para levantar la imagen alicaída del primer personero municipal, haciéndole aparecer como un superhéroe, que vencía al azaroso suceso, minimizando la heroica presencia de los bomberos, de una comunidad solidaria y de otras autoridades nacionales, como la ministra del interior. Fueron dirigidos, desde el exterior, por su líder prófugo, a través de estribillos y lemas que enaltecían a su muy cuestionado coideario municipal. No han faltado ridículas manifestaciones de correistas pagados que han gritado, en Carondelet, “fuera, Noboa, fuera”, ni tampoco la presencia en las redes de la opinión del abogado del exvicepresidente y también del expresidente prófugo, que manifiestó “hay un ambiente propicio para que Noboa sucumba y deje el poder”. La gente se pregunta si la concreción de estas absurdas provocaciones oportunistas cambiarían el desastre climático y la tremenda sequía.
El efecto invernadero produce el calentamiento global y el deshielo de nevados y de los polos y la intensa deforestación, con la tala incesante de árboles en bosques y selvas, limitan la evaporación natural y la formación de nubes, originando un cambio climático total con una sequía mundial.
El Ecuador ha contado con varias plantas hidroeléctricas construidas hace muchos años y que son las que funcionan, hasta ahora, a diferencia de las construidas en el período largo de la Revolución Ciudadanas, que trabajan en forma parcial, repleta de defectos, como la de Coca Codo Sinclair proyectada para que produzca 1500 megavatios, pero en realidad su generación no llega a los 500 megas; situada en una zona de inmenso riesgo por la erosión que produce el Río Coca, corre el inminente peligro de desaparecer y destruir los oleoductos del OCP y suspender la conducción del petróleo. No es admisible que los gobiernos que han dirigido al país durante 30 años, no hayan tomado medidas preventivas para cambiar la matriz energética, como lo hicieron países vecinos. El gobierno de los infames, 10 años en el poder, encargó a su vicepresidente el “cambio de matriz energética” ¿hubo algún cambio? No, Ninguno, se dedicó a reparar refinerías de petróleo con presupuestos iniciales bajos, costos finales elevadísimos y resultados muy pobres, a construir hidroeléctricas con similar esquema, costo inicial bajo y final muy aumentado, con un apuro inusitado, con préstamos internacionales caros. El apresuramiento era justificado (había que acelerar el cobro de coimas y sobornos). Pasó la década en la que se prohibió el desarrollo de la termoeléctrica para privilegiar los jugosos contratos del levantamiento de hidroeléctricas y no se previeron alternativas para la generación de electricidad, como los paneles solares, o la energía eólica (del viento), o lo que acaba de contratar el gobierno actual con el Japón, un parque geotérmico.
Con sin igual descaro la candidata, representante de los corruptos, minimiza la existencia del peor estiaje de la historia, no menciona la corruptela de los 10 años de su gobierno y se manifiesta crítica acérrima con la gestión, probablemente no óptima, pero de apenas 1 año del gobierno del presidente Noboa. Miente al plantear que si se mantenía en buen estado las termoeléctricas se solucionaba el problema, pues no dice que, en el mejor de los casos, el aporte de esta generación no llega al 30%, porcentaje deficitario para compensar el tremendo déficit que nos agobia, ni tampoco recuerda que fue su presidente el que se opuso al desarrollo de estas plantas termoeléctricas.
En circunstancias difíciles, como la actual, el oportunismo es inmoral, impresiona como traición a la patria, al igual que la oferta de liberar a Glas, a pesar de las sentencias ejecutoriadas que tiene, en un acto que constituiría burla e irrespeto a la justicia nacional y de apoyo traicionero a la posición mexicana en contra del Ecuador.