Las exportaciones de productos nacionales, que utilicen insumos de los países que tengan acuerdos comerciales con la Unión Europea, sí se acogerán a todos los beneficios que ofrece ese convenio comercial y que entró en vigencia en Ecuador desde el 1 de enero.
Esa fue una de las dudas que se despejaron en un encuentro que mantuvieron esta semana los exportadores ecuatorianos con representantes de la UE. Por ejemplo, si un empresario quiere exportar un producto en el que utilizó insumos colombianos, únicamente deberá demostrar que el origen de esos componentes es del vecino país, que también tiene un acuerdo con Europa.
Un efecto positivo de este mecanismo de exportación -sobre todo para aquellos productos con valor agregado-, es que se logrará una mayor asociatividad con empresas de los otros países andinos que tienen un acuerdo con los europeos (Colombia y Perú), y además se podrá atender mejor a un mercado de 500 millones de habitantes.
Pero mientras las empresas andinas ven en el convenio con la UE una oportunidad de negocios, otros productores viven el drama de los problemas que genera el contrabando. El caso más reciente es el que atraviesan los arroceros: según sus dirigentes, solo el año pasado ingresaron al país 1,6 millones de quintales de arroz desde Perú. Eso ocasionó una caída en el precio de la gramínea en el mercado local con las evidentes consecuencias en la industria. Hace pocos meses, en cambio, el mayor problema para los agricultores fue el ingreso de cebolla.
Ahora que Ecuador está próximo a asumir nuevamente la Presidencia Pro Témpore de la Comunidad Andina (CAN) es la oportunidad para tratar de establecer mejores mecanismos de integración económica, y así sacar más provecho de esta delegación. Ante un escenario de incertidumbre que provocan los anuncios del nuevo gobernante de los Estados Unidos -uno de los mayores socios comerciales de los países andinos-, es indispensable fortalecer aún más ese intercambio comercial.