Sociedad que despierta

Las relaciones de la sociedad con el Gobierno sufren un momento de transformación. Varios hechos indican que aquel patrón de enamoramiento y desprevenida aceptación con que los distintos sectores sociales respaldaron y se adaptaron a la avalancha política del correísmo ha comenzado a cambiar. Eso no quiere decir que la popularidad del Presidente y su Gobierno se haya evaporado. Sin embargo, hay tendencias que comienzan a delinearse según lo marcan dos hechos incontestables. El primero, las percepciones de los sondeos de opinión sobre las enmiendas constitucionales y, el segundo, el ascenso de la movilización del movimiento obrero y estudiantil.

Sobre el primer tema, resulta muy interesante que todas las encuestas, con márgenes de varían, registran que una amplia mayoría de ecuatorianos, entre los cuales deben constar muchos simpatizantes del Gobierno, opinan que las enmiendas constitucionales deberían tramitarse mediante una consulta popular. La maniobra del oficialismo de enclaustrar su reforma constitucional dentro de las paredes del legislativo no es bien vista por alrededor del 73% de ecuatorianos. Aún más, el porcentaje de ciudadanos que discrepan con la reelección indefinida igualmente ha crecido, lo cual, contradictoriamente, no quiere decir que no votarían por Correa si este aparece en la papeleta electoral. Pero de todas formas lo interesante es que la opinión ciudadana se distancia en temas cruciales de la voz del poder. Situación muy similar a la ocurrida en las elecciones de febrero de este año, cuando en muchos distritos electorales, los ciudadanos prefirieron a candidatos que no eran los apoyados por el Presidente. El mensaje es claro: Es un no al abuso del poder.

Me parece que esto es nuevo. La sociedad despierta.
Sobre la emergencia sindical, un tema importante es la convocatoria a marchas de protesta. La toma de la calle ha sido y es un repertorio estratégico de acción política en el Ecuador.

Cuando esto ocurre y se generaliza, el aura de legitimidad de los gobernantes se desvanece. La marcha de septiembre convocada por el FUT fue multitudinaria; la movilización que se prepara para el 19 de este mes se anuncia como más contundente. Es por ello que el Gobierno se ha ensañado en contra del movimiento estudiantil. Los jóvenes del Central Técnico, en su momento, y ahora los del Mejía y el Montúfar son ejemplo de la más impúdica represión del correísmo, que el país jamás olvidará. Por ello, el resurgimiento de la actoría política del movimiento obrero y estudiantil marca un hecho histórico: la primera reacción contra el poder de los sectores organizados de la sociedad desde el 2007. Aquello es importante pues abrirá amplias avenidas para la expresión de descontentos. Me parece que esto también es nuevo. No había ocurrido desde que Correa llegó a Carondelet. La sociedad despierta.

El 2015 será un año clave para el futuro. El oficialismo planeó tramitar sus enmiendas en su corral legislativo, de espaldas al pueblo. Pero la sociedad despierta y aquello sacude todo.

@cmontufarm

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