Oriunda de Montecristi nos crucificó en Monte Calvario. De abuela castro chavista y abuelo naranja ingenua. Padre huancavilca y madre española Podemos. Nació de cesárea socialista 21. Creció gorda y tuvo de amante a un tiranosaurio Rex. No, no hablamos de los choneros, terror machetero, sino de la Carta Política de 2008 (C.08). Señora y señores que quieren hacerse cargo de un enfermo terminal: cuelguen a la madrastra de la rama de un ceibo del valle de Jipi y Japa.
C..08, ¡un instrumento con ilegitimidad jurídica, política y moral! No jurídica: porque todas las maniobras para su origen y formación fueron una maldita concurrencia de violaciones constitucionales y legales propias de un golpe de Estado, sin pum pum, y con ja ja.
No legitimidad política, porque la Asamblea Constituyente instalada para la redacción de la C.08 fue fruto de una consulta popular. Como 57 congresistas se oponían a convocar una Asamblea Constituyente, de un tajo se los decapitó. Y hubo Asamblea. ¡Cosa Más grande, chico!
No legitimidad moral, porque la C.08 hizo posible un totalitarismo cada vez más voraz: Cambió el Estado de Derecho piedra sillar de la civilidad por un narco Estado de derechos basados en leyes que bendecían la emisión oportunista de políticas públicas. ¡Horror! La C.08 fue la partida de nacimiento del régimen más ladrón de nuestra historia. ¡Campeones! Un régimen que tenía, como ideología, el desprecio de la ley. ¡Innovadores! Un régimen que propuso como misión del Estado exaltar el delito con todo patriotismo. ¡Patria, tierra sangrada!
Un régimen que puso patas arriba la moral pública. Y poder, gobierno y política: los mejores medios para llegar a ser ladrones de tomo y lomo fino. Ya llegó el socialismo del siglo XXI a los autos de lujo sin pasar por la carretilla.
El totalitarismo destruyó la Democracia Republicana, pues puso al legislativo y a la justicia de rodillas para que adoren al Ejecutivo. Bienvenidos señores contratistas, paguen primero más que otros y serán adjudicados. Jueces, juezas, magistrados, señorías: todos con un chip para obedecer sin chistar al rey de reyes, asentado en la cárcel del amor al pueblo. ¡Impunidad! Tu nombre es una gran conquista social.
Señores autoridades, futuros asambleístas, futuros presidentes y alcaldes y premios Espejo y alcaldesas pondranse la mascarilla, porque la más baratilla ya no hay por causa del coronavirus. Solo le pido a Dios que no ofrezcan ustedes poner fin al virus. Carapaz, el carchense solidario, sería también un gran candidato. Él puede pedalear hacia la Constitución de 1998 y llevar las propuestas de Pablo Dávila y Nebot Saadi al tour del plebiscito de montaña. ¡Maten a la Madrasta! lo pide este hijo de la Cenicienta vejez. Y perdonen que haya calumniado al señor Correa, realmente Ecuador está muy bien: ya empezó a llover. Ya no hay izquierda y derecha. Que se vaya la Romo y venga Maduro. Y gane nuestra tricolor.