Pese a que todavía faltan varios meses para la inscripción de candidaturas (será del 18 de septiembre al 7 de octubre), las principales fuerzas políticas del Ecuador han comenzado a encender motores y preparase de cara a las elecciones presidenciales de 2021.
El país está concentrado en la crisis sanitaria y económica desatada por la covid-19. Pese a ello, algunas agrupaciones políticas han aprovechado para aparecer en medios de comunicación, hacer anuncios y lanzar posibles nombres con la finalidad de sondear el nivel de aceptación del electorado.
Jaime Nebot, líder del Partido Social Cristiano (PSC), ha anunciado que no participará. Que lo hará uno de sus cuadros: Henry Cucalón, Henry Kronfle, María Cristina Reyes, Luis Fernando Torres o César Rohón. También ha dejado abierta la posibilidad de que el PSC pueda optar por un candidato que no sea del partido. Suena mucho el nombre del hasta ayer Vicepresidente, Otto Sonnenholzner.
Pero para no dejarle libre el camino a Guillermo Lasso, el ex alcalde de Guayaquil ha dicho que va a promover la realización de una consulta popular para “encauzar al país por la senda de la prosperidad”. Que ahora es ciudadano. Que no es político. Que esta consulta no es para hacer campaña electoral anticipada o para dividir aún más a la tendencia de la derecha y restarle votos a la candidatura de Lasso.
En el 2017, en lugar de buscar la unidad de la tendencia, Nebot presentó la candidatura de Cynthia Viteri. A más del fraude, esto explica el triunfo de Moreno. Esta tozudez y costumbre de poner por delante los intereses del grupo por sobre los del país va a contribuir para que un candidato del correísmo no solo pase a la segunda vuelta sino se haga de la Presidencia. Hay amplios sectores de la población que siguen creyendo en Correa. Pese a que buena parte de esta crisis ética, institucional, económica y social se originó en ese periodo. Correa es el artífice de la actual debacle nacional.
Si tomamos en cuenta que la próxima campaña electoral no se va a dar de manera convencional sino fundamentalmente en redes sociales (un espacio que el correísmo lo domina y maneja con relativo éxito), buena parte de las agrupaciones políticas están en desventaja antes de la partida.
Veamos cómo avanzan las postulaciones. Supongo que la lista de presidenciables se irá engrosando a medida que pasen las semanas. Tenemos 280 partidos y movimientos políticos. Sin embargo, los candidatos a la Presidencia podrían ser más de 20.
Como ha dicho el expresidente Osvaldo Hurtado, las próximas elecciones son cruciales. Está en juego el futuro del país. Vamos a escoger entre democracia y dictadura, entre corrupción y honestidad, entre violencia y paz, entre libertades y totalitarismo. Si no se abren espacios para la unidad y la convergencia de fuerzas democráticas, el correísmo estará de vuelta. Solo que mucho peor de la que ya conocemos. El PSC camina al ostracismo por decisión propia.