Resoluciones irresponsables motivadas por afanes sedientos de respaldos electorales, sin análisis previos de financiamiento adecuado, han culminado en una angustiosa realidad: en las instituciones de salud del IESS (de cada 10 personas que se atienden, apenas tres cubren los gastos de esa atención). Cada año los servicios médicos del Seguro Social otorgados a los familiares de afiliados menores de 18 años cuestan 280 millones de dólares y no reciben ninguna compensación, pues esa prestación no inexiste ni en la Ley de la Seguridad Social, ni en la Constitución, es fruto de devastadoras demagogias e irresponsabilidades
Ese amplio segmento social debe ser atendido por el Estado a través del órgano rector del área, el Ministerio de Salud, Institución creada para proteger a todos aquellos enfermos que carecen de una dependencia institucional determinada.
Mantener esa obligación en el IESS, es incrementar, con insensatez, el riesgo de destrucción de la entidad. Si ya se produjo el absurdo e ilegal traspaso de una parte del fondo de pensiones al deficitario fondo de salud y no se logró financiarlo, no es lógico, mantener esta desgastante conducta de debilitar una prestación para apuntalar a otra que se desintegra por egresos permanentes sin ningún sustento.
Se construyeron hospitales, se los equipó parcialmente. Hay insuficiencia de insumos y la demanda es tan grande que se ha creado una inmensa necesidad de atenciones en servicios externos, por ello una gran mayoría de centros privados atienden, en todo el país, a los pacientes del IESS y de la Red regentada por del Ministerio de Salud, con los tarifarios institucionales y esperan revisiones y auditorías para recibir la reposición de los gastos de los procedimientos efectuados.
Desgraciadamente hay una rotación tan grande del personal administrativo en el IESS, que periódicamente cambian a funcionarios que han aprendido terminologías, complejidades de procedimientos, nombres de miles de equipos e insumos, por otros que llegan con total desconocimiento de los procesos específicos. Se producen retardos obstructivos al funcionamiento de centros, clínicas y hospitales, que también se desfinancian y viven circunstancias extremadamente complicadas, que en muchos casos les ha llevado a la quiebra y en otros, como a los hospitales de Solca, a anticipar, con dolor y angustia, la posibilidad de verse obligados a suspender tratamientos de cáncer.
Ha sido nombrado otro presidente del IESS, por bien de los afiliados, jubilados, pensionistas y enfermos del país, anhelamos éxito en la gestión del nuevo titular y aspiramos a que se designen administradores médicos para el análisis y auditorías especializadas, que culminen con la amenaza de desintegración de todo el sistema de salud.