Quito y el 10 de Agosto

Quito es la capital y desde esta ciudad emana una historia rica en tradición y vocación libertaria. El Cabildo repensó la conmemoración del 10 de Agosto.

Si Quito fue la Luz de América, como metáfora feliz que halló un fraile chileno, la recordación histórica nos acerca a la reflexión del sacrificio en pro de la libertad y la superación de la colonia, y los pasos que dieron sus protagonistas hacia una república en ciernes.

Durante muchos años la fecha cívica recibió el aditamento del contenido político otorgado: posesiones presidenciales, informes a la Nación, instalación de los congresos, discursos de coyuntura...

Este año, el Cabildo tuvo la iniciativa de llevar la celebración a un lugar de honda significación: el Convento de San Agustín. En la Sala Capitular, que hizo historia en nuestra gesta política de independencia, se volvió a llevar a cabo, como lo hiciera el Concejo de Quito en muchas ocasiones anteriores hace varias décadas, una sesión solemne.

El alcalde Mauricio Rodas y los concejales se juntaron. El Burgomaestre quiteño perfiló su discurso por el ángulo de la vocación de los ciudadanos de ser dueños de su destino.

Afuera, en la calle, quiteños, vecinos de Quito y turistas disfrutaron de una mañana típica de agosto: soleada y ventosa. El monumento a los héroes de la Independencia y la recordación a quienes casi un año después fueron asesinados por los realistas dieron pie para discursos y flores. Quito vivió su sueño siempre vigente de la búsqueda de la libertad.

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