‘El presidente fue un corrupto tremendo’

La detención en la Argentina de José Francisco López, conocido con los motes de ‘Josesito’ o ‘Lopecito’, parece extraída de un filme hollywoodense de acción, ficción y comedia.

El exviceministro de Obras Públicas durante las tres administraciones consecutivas de los esposos Néstor y Cristina Kirchner, entre el 2003 y el 2015, fue detenido el pasado martes 14 de junio cuando intentaba ocultar dinero, nada menos que en un monasterio de monjas.

El exfuncionario, que ya ha sido bautizado por parte de la prensa como ‘El escondedor de dólares en el convento’, fue arrestado con cerca de 90 kilos de billetes (unos 160 bultos de dinero en efectivo). En su poder se hallaron USD 8 982 047, 153 610 euros y otras divisas, aparte de costosos relojes.

El arresto de López engrosa la lista de kirchneristas que tienen cuentas pendientes con la Justicia argentina. Pero el efecto más severo de la detención casi cinematográfica es otro: arroja más sombras y toneladas de fango sobre la gestión de los Kirchner en la Casa Rosada. Una gestión que la propia expresidenta Cristina Fernández había calificado de ‘década ganada’. Ahora parece quedar más claro por qué lo dijo.

El escándalo de López -que nadie puede asegurar que será el último- torpedea los cimientos de la imagen del exmandatario Néstor Kirchner, el primer secretario de la Unasur y cuya estatua se levanta en la sede del organismo en el Ecuador.

El caso ha generado opiniones duras como esta: “Néstor Kirchner fue un corrupto tremendo (...) Bueno falleció, hoy Kirchner estaría imputado por muchos de los delitos que apañó, prohijó y planificó. Es muy importante decirlo para saber lo que significa López” (Néstor Castro, conductor del programa Todo Noticias y articulista del diario argentino Perfil). O esta otra: “Murió el jefe de la banda (Kirchner) y cada uno siguió robando” (Sergio Schoklender, exmiembro del gobierno kirchnerista y acusado de desvíos millonarios, en declaración a la radio AM 950 Belgrano).

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