Una de las razones que explican la caída del precio del petróleo es el aumento de la producción de hidrocarburos en Estados Unidos. Con esto, los norteamericanos han logrado cambiar su estructura económica o, dicho en palabras complicadas, han cambiado su “matriz productiva”.
La producción de petróleo, de gas natural y de productos relacionados ha aumentado significativamente en los últimos años. El crudo extraído en EE.UU. pasó de 5,2 millones de barriles diarios en 2008 a 8,4 millones en el primer semestre de este año, es decir creció en cerca de 70% en seis años.
La principal razón de ese crecimiento se encuentra en una de las leyes de la economía: la oferta. Con un precio del petróleo tan alto, es relativamente obvio que la producción termine creciendo, sobre todo si está en manos de un sector privado cuyo incentivo principal es mejorar sus utilidades.
Con este aumento de la producción, EE.UU. se convierte en el tercer mayor productor de crudo, solo superado por Arabia Saudita y Rusia; con ello, ese aumento de 70% necesariamente va a tener repercusiones a escala mundial.
Además, la producción de otros hidrocarburos (sobre todo de gas natural) también ha crecido en EE.UU. y en el mismo período (2008-2014) aumentó en 29%. Solo la producción de carbón mineral cayó en estos años (lo cual es positivo para el medioambiente). Nuevamente, este crecimiento se explica por los buenos precios que incentivan a las empresas petroleras a buscar nuevos yacimientos y a desarrollar maneras más eficientes de extracción.
En el caso de gas natural, la tecnología de ‘fracking’ o ‘fracturación hidráulica’ ha permitido obtener gas de yacimientos largamente conocidos, pero de los cuales era muy difícil extraerlo hasta hace 10 años.
Por otro lado, cumpliendo otra ley de la economía (la demanda), el consumo de combustibles en EE.UU. ha caído, sobre todo si se compara con los niveles antes de la crisis del 2008. Y esto se debe a que cuando los precios son altos, los consumidores tienden a comprar menos, lo que en el caso de combustibles y de gas significa autos más económicos y sistemas de calefacción más eficientes.
El hecho final es que la principal economía del mundo importa hoy muchísimos menos hidrocarburos que hace seis años y al paso que va podría convertirse muy pronto en un exportador neto.
Todo eso está cambiando la estructura económica de EE.UU., pues hoy vuelve a ser rentable instalar en ese país industrias intensivas en energía, industrias que consuman mucho gas natural o electricidad barata generada con gas. Esas industrias se hubieran ubicado en el pasado en países con grandes plantas hidroeléctricas o sin normas ambientales (para usar el altamente contaminante carbón mineral). Y todo eso sin contar con las consecuencias geopolíticas de esta nueva ‘autonomía’ norteamericana.
@VicenteAlbornoz