Existen reglas de comportamiento y códigos de ética en temas de publicidad. Una norma es aquella por la cual quien promociona un producto no puede compararlo con los de la competencia, y menos señalar la marca del bien o servicio al que se “ataca” en el ‘spot’ del artículo publicitado. Más grave es cuando para demostrar que el producto de alguien es mejor que el del otro, se engaña. Estos dos temas fueron los que ciertos funcionarios de los ministerios de Obras Públicas y de Transporte, con la colaboración de administradores de la línea aérea Tame, se incumplieron en la “publicidad-promoción” del Ecuador: Primero, comparándolo con otro país (Costa Rica); y, segundo, mintiendo a un grupo de gente que con engaños supuestamente los trasladaron a hacer turismo en ese país centroamericano.
En el video se ve, por ejemplo, que los viajeros llegan a los filtros de migración de ‘Costa Rica’, y un funcionario tico estampa en los pasaportes de estos turistas un sello de su supuesto ingreso a esa nación. En el Código Orgánico Integral Penal se desarrolla la figura del delito de falsificación y uso de sellos falsos, artículo 328. ¿Se lo cometió? También se podría pensar en peculado, ya que se habría utilizado un bien (el avión de Tame), en fines distintos a los de esa compañía pública. ¡Qué le parece! Este delito es imprescriptible. Pero, ¡obviamente!, esto no será investigado por la Fiscalía del Estado.
Pero a lo dicho en el párrafo precedente se agrega la pobre imagen internacional dejada por Ecuador. ¿Habrá algún responsable por tal dislate de las autoridades? Ecuador no solo se vende con imágenes y palabras, sino también con hechos, y los hechos demuestran que el país tiene un rumbo acorde al humor de sus autoridades: cambiante y díscolo.
Si, además, se analiza el momento económico que atraviesa Ecuador por la falta de ingresos en las arcas fiscales, ahora habrá que asumir los costos para cubrir los disparates gubernamentales, ¿cuánto se gastó en este ‘spot’ publicitario anti-Ecuador?: Utilización de un avión para los engañados turistas; hotel y comida en la supuesta ‘Costa Rica’; transporte terrestre, paseos y diversión, para que los turistas recorran tierras ticas; camuflaje de todo cartel o rótulo que haga mención en ‘Costa Rica’ de Ecuador; pago a la agencia de publicidad; etc., etc. Al mismo tiempo se ponen salvaguardias a productos, se rebajan sueldos, se desfinancia al IESS. En otras palabras, se miente a una nación con una comedia que cuesta miles de dólares.
¿Quién quita la vergüenza internacional de los ecuatorianos por esta chorrada de engaño realizado? A partir de hoy, se ahondará en la desconfianza de las campañas promocionales que llevan adelante funcionarios del Gobierno de “manos limpias”. ¿Serán todas así de falsetas?