Los ciudadanos en el Ecuador queremos creer, no para destruir, sino para construir, pensar y sentir que hay futuro.
Al terminar una guerra, usualmente la devastación es dominante, las finanzas están agotadas, pero hay una decisión colectiva de darle sustento a la esperanza. La postguerra de la segunda confrontación mundial y los procesos políticos y económicos de Viet Nam y otros en el Sudeste asiático, lo evidencian.
Cuando los odios pasan a ser dominantes, los casos del nazismo, la falange y el fascismo, entre la primera y la segunda guerra mundial, se distorsiona el futuro.
Pero, no hay que evitar los odios por la vía de la impunidad, porque es peor, los beneficiarios de ésta se hinchan para recuperar espacios.
El Ecuador de los días anteriores a la pandemia del covid 19, ya estaba cuasi quebrado, por la corrupción, por el gasto sin prioridades, por ocultamientos y mentiras, por ser su Gobierno el de mayor mora en la historia del Ecuador, por lo cual las transferencias o los pagos se escogían por decisiones del poder, no necesariamente por acuerdos políticos, o – en el caso de proveedores – en buena parte, por el control de engranajes de corrupción, por lo que, los que seguían esa práctica, se colocaban como principales contratistas.
El Gobierno anuncia que podría llegarse a un importante acuerdo con tenedores de bonos –así parecería, en cuanto a las macro condiciones publicitadas- pero falta por conocerse la integridad de la negociación. También se anuncia la posibilidad de un línea de liquidez desde China, vinculada con comprometer petróleo exportable del Ecuador.
Las experiencias de cláusulas reservadas en las contrataciones de crédito desde el correato y en lo que va del Gobierno del Presidente Moreno; y, en las de proyectos entregados a China por miles de millones de dólares, el mayor Coca-Codo Sinclair, en el que no se respetaron supuestos técnicos para evitar riesgos que hoy son sensibles, han sido de miedo, con tufos de corrupción.
Por eso, es esencial exigir transparencia total – deuda del Gobierno de Moreno con los ecuatorianos – y que las prioridades de transferencias y pagos se evidencien. Caso contrario no habrá credibilidad, porque lo que se presenta como verdad se percibiría con el riesgo de ser más publicidad y propaganda, a lo sumo media verdad, peligrosa porque lo que se omite u oculta puede ser más importante que lo presentado como verdad.
Y esto en el marco de defender la dolarización. Correa en el discurso fue anti-dolarización y, en los hechos, desmanteló bases de sustentación de ésta, en su patología del sobre gasto estatal, en perjuicio del Banco Central y del sistema de Seguridad Social, colocando a éste en riesgo de quiebra.