Lenta reacción ante la corrupción de Odebrecht

El revuelo que en el 2017 desató Odebrecht es, sin duda, histórico. Las naciones de África y A. Latina, entre ellas Ecuador, se vieron ferozmente golpeadas por la trama de corrupción que armó esta constructora brasileña.

Las altas esferas del poder fueron señaladas en Ecuador, Perú, Colombia, Brasil, Panamá, República Dominicana, etc.

No fue fortuito lo que ocurrió. Apenas comenzado este año (3 de enero), el otrora poderoso Marcelo Odebrecht habló desde la cárcel y lanzó una alerta: “Si empiezo a hablar, van a tener que habilitar celdas para varios presidentes sudamericanos”.

Él sabía lo que decía, pues conocía a quiénes, cómo y cuánto pagaron por coimas.

Ahora, este empresario brasileño dejó la prisión y está arrestado en una mansión de
3 000 m² con piscina, áreas verdes y empleados a su servicio. ¡Increíble!

En cambio, los países en donde operó el departamento de sobornos apenas han podido reaccionar, pero sin medidas inmediatas para frenar la corrupción.

Ecuador aún espera la consulta del 2018, para inhabilitar a los funcionarios públicos que cometan actos ilegales. Las reformas al Código Penal también tomarán tiempo.

Uno de los cambios que pretende esa norma es eliminar el informe previo de la Contraloría, para que la Fiscalía pueda procesar directamente a quienes cometan delitos, como peculado y enriquecimiento ilícito.

Además, se buscan nuevas reglas para la retención de personas para investigaciones o para que se evite la fuga de los sospechosos.

Es decir, para el próximo año hay mucho trabajo en la Legislatura. Que se haga pronto, que se aprueben las modificaciones que más se ajusten en esta lucha por combatir lo ilegal.

Caso contrario, informes como el de Transparencia Internacional seguirán en rojo. Este año, sus datos revelaban cómo Ecuador desmejoró en el combate a los actos ilegales.

Que esto no vuelva a ocurrir, que las medidas que se adopten no busquen venganza ni revancha. El país quiere un verdadero cambio.

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