Estados Unidos e Irán negocian una solución de compromiso al problema de la capacidad iraní de enriquecimiento de uranio que cumpliría con un requisito del gobierno de Barack Obama para alcanzar un acuerdo, pero también requiere la aceptación previa de Rusia.
El requisito original de Washington implica la limitación a la capacidad iraní de enriquecimiento de uranio necesaria para tener un arma nuclear mediante la reducción en el número de centrifugadoras en poder de Irán y también en sus reservas de uranio de bajo enriquecimiento (UBE).
La estrategia permitiría que Irán mantenga un número de centrifugadoras operativas cercano al actual, de 10 000.
La clave de la negociación es la disposición que exhibe Irán para enviar sus reservas existentes de UBE, así como el uranio enriquecido recientemente, a Rusia para su conversión a combustible para plantas de energía durante un período acordado de varios años.
En la primera indicación oficial del giro en las negociaciones, el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Marzieh Afkham, reconoció el 22 de este mes, en una reunión informativa con la prensa iraní, que las propuestas para limitar el número de centrifugadoras y la transferencia del UBE a Rusia eran objeto de discusión en las negociaciones nucleares.
El servicio de monitoreo de la cadena de radio y de televisión británica BBC tradujo la sesión informativa, pero la prensa occidental no informó al respecto. Wendy Sherman, la subsecretaria de Estado que dirige la delegación estadounidense en las conversaciones, no se refirió públicamente a la solución de compromiso, pero pareció aludir a la misma cuando dijo el 25 de octubre que ambas partes habían “hecho avances impresionantes en temas que originalmente parecían insolubles”.
No obstante, las negociaciones podrían estancarse en sus últimas semanas con respecto a la fecha del levantamiento de las sanciones a Irán. La disposición de Teherán de negociar estos asuntos dependerá de si Rusia accede a aceptar el uranio enriquecido iraní. El comienzo de las negociaciones sobre la nueva estrategia se informó en septiembre, pocos días después de que los presidentes de Irán, Hassan Rouhani, y de Rusia, Vladimir Putin, se reunieron para conversar sobre la cooperación en la construcción de dos plantas de energía nuclear y el suministro de combustible para la instalación atómica de Bushehr, próxima a la ciudad homónima en la costa austral iraní.
La reducción propuesta de la acumulación iraní de UBE mediante su envío a Rusia podría cumplir el objetivo que exigía Washington para llegar a un acuerdo aceptable, definido por el número mínimo de meses que le llevaría a Irán enriquecer suficiente uranio para tener un arma nuclear.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, dijo en abril que su gobierno fijó ese lapso en seis a 12 meses, lo cual se interpretó como una demanda para que Irán rebaje el número de centrifugadoras.