En este obscuro fin de gobierno, la corrupción ha marcado, con sus infamantes implicaciones, un desprestigio histórico difícil de borrar.
Los recientes casos denunciados de coimas y sobornos han sido sonados por diferentes factores. Dos de ellos llaman la atención: los elevados montos desviados y los protagonistas. Están involucrados altos funcionarios del gobierno y de Petroecuador al extremo de que ya hay detenidos, indagados y fugados.
Uno de los acusados, el de más alto rango, es el ex ministro de Minas y Petróleos y ex presidente de la estatal petrolera, Carlos Pareja Yannuzzelli, quien ya se encuentra fuera del país tras evadir los requerimientos de la justicia.
Después de que la semana pasada Pareja divulgara videos en los que denunciaba que el vicepresidente Glas conocía de todo lo que ocurría en los negocios petroleros, ha habido la previsible respuesta del gobierno descalificando tales denuncias y al denunciante. En la respuesta gubernamental, formulada por Twitter, hay algo que me sorprende por la fuente de quien lo hace: el Presidente de la República.
Entre los numerosos mensajes hechos públicos sobre el asunto por el Jefe de Estado, hay uno que juzgo improcedente, de ser verdadero. Es aquel en que reproduce una comunicación que le habría enviado Pareja para pedirle clemencia y que no se persigan a sus familiares. A esa comunicación Correa responde que debe presentarse ante la justicia ecuatoriana para dar cuenta de sus actos.
Lo que resulta sorprendente, dejando de lado el contenido de los mensajes, es el hecho de que el Presidente responda a un individuo que de la comunicación que le dirige podría entenderse que confiesa su responsabilidad y que se encuentra en fuga.
No cabe que Correa intercambie mensajes con un supuesto delincuente a quien la justicia busca sin que ésta última tenga conocimiento. La jueza del caso emite orden de prisión el 21 de octubre pasado y el intercambio de mensajes se da en dos ocasiones: el 16 de octubre y el 11 de diciembre de 2016. Pareja había salido del país el 28 de septiembre y ya se hallaba prófugo.
Podría decirse que este hecho no tiene mayor trascendencia. Pues sí la tiene. No cabe que el Presidente se comunique con un supuesto delincuente sin informar a la Fiscalía. El debió hacer conocer a la justicia el mensaje de Pareja y su respuesta a los responsables judiciales del caso. Su contenido podría ser un reconocimiento del delito por parte del ex Ministro y una pieza probatoria en el proceso.
Espero que el Presidente Correa haya procedido en ese sentido como muestra de su afán de castigar la corrupción y de solventar en algo este amargo fin de su gobierno.