El gobierno del presidente Rafael Correa no termina de aplicar medidas de carácter impositivo para tratar de cubrir el déficit fiscal. Además del Impuesto a la Renta, el IVA, los altos aranceles para la importación de productos del exterior y otros tributos, ahora se tendrá que pagar un valor más alto por concepto del Impuesto a la Herencia.
¿En qué consiste este cambio? Fundamentalmente que ahora se reduce a la mitad la base imponible del impuesto a las herencias (de USD 68 880 a 35 400), incrementando con ello el universo de contribuyentes, y se aplicará una tabla con porcentajes diferenciados. Es decir, el que recibe menos, paga menos y el que recibe más, tendrá necesariamente que pagar más al Fisco. Estamos hablando de rangos que van desde el 2,5 al 77,5%.
¿Cuáles son los argumentos para aplicar esta medida? Esencialmente ideológicos, con muy poco sustento jurídico y técnico.
En una entrevista realizada en días pasados al asambleísta de Alianza País, Virgilio Hernández, se han puesto en evidencia los argumentos del Gobierno: “La base conceptual que justifica cualquier tributo a la herencia es que cualquier proceso de acumulación no solo demanda el esfuerzo individual de quien genere ese capital, sino que es un proceso social. Cuando se provoca la herencia, tienen derechos no solo los herederos legítimos sino la sociedad”.
Esto quiere decir que si usted se esfuerza durante toda su vida para tener algo, sea esto una casa, un automóvil o una empresa, eso no le pertenece enteramente a usted sino a la sociedad.
Los argumentos usados por el asambleísta Hernández no solo muestran su marcado sesgo ideológico, sino incluso un desconocimiento profundo del derecho, en particular del derecho tributario.
Todos estamos de acuerdo en que para el sostenimiento del Estado es necesario cobrar tributos. Sin embargo, lo que quiere hacer el Gobierno, tratando de justificar esta medida al incluir los criterios de igualdad, justicia social y progresividad, tiene un carácter confiscatorio.
Todos sabemos que detrás de estos falsos argumentos -como buscar una mayor redistribución de la riqueza o tener más fondos para programas sociales- se esconde un problema de fondo: no hay recursos por la repentina pero previsible caída de los precios del petróleo.
Por tanto, el Gobierno está recurriendo a medidas de carácter fiscal (ampliar y elevar impuestos), contratar más deuda pública (interna y externa) y eliminar progresivamente los subsidios (40% de aporte al IESS). No obstante, el modelo económico que proponen no funciona.
El aumento del Impuesto a la Herencia es una medida que afectará no solo a las personas con altos ingresos, sino que incluso afectará a la clase media, especialmente a las empresas familiares que son un 80% en el país y al emprendimiento individual. ¿Para qué esforzarse si lo que tenemos le pertenece en parte al Estado y la sociedad?
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