Primarias ‘on line’ y a ciegas
No vemos campaña, dijo un ciudadano que se enteró que dizque los 280 partidos y movimientos políticos andaban en primarias.
Pa’ lo que ha que ver... Contestó otro individuo parado en la esquina con su mascarilla a la altura del mentón y una bolsa de aplanchados derretidos al sol ecuatorial.
Pesar de los pesares, la pandemia nos cogió con pobreza arrastrada, con las migajas de la mesa servida, con el acuerdo labrado con el FMI, que es ‘lo que el virus se llevó’.
Ahora no hay ni para las pruebas rápidas y las miles de pruebas municipales (y espesas) costaron millones, pero sus resultados son inciertos, como los de las urnas.
Quizá por la multiplicada pérdida de empleos algunos quieren sacarse la lotería con dinero estatal. Ese dinero que no hay por ninguna parte para pagar los sueldos de los servidores públicos ni las cuentas atrasadas de los proveedores, los candidatos en probeta creen que irá a sus campañas.
Como las diferencias entre los consejeros electorales no lograron que pase a tiempo una reforma para limitar el concurso estatal en el financiamiento de las campañas algunos presienten que ese dinero puede ser fuente de la codicia en tiempos de una campaña, que será distinta a aquel Amor en tiempos del cólera y que se parecerá más a la novela La peste, tan releída en estos días.
Así las cosas, con el acertijo en apenas construyéndose, los precandidatos ( que no es lo mismo que los candidatos del PRE, que ya no hay) se expanden más que virus en aglomeración de feria libre.
A saber: Guillermo Lasso será candidato presidencial por tercera vez. Alvarito busca partido, una vez que le partieron el espinazo al suyo propio. Si es así duplicaría en candidaturas Lasso, y sería el candidato con más experiencia... como candidato.
Isidro Romero, desde el astillero puede buscar la Presidencia. En el mapa de los contendientes guayasenses asoma Otto, que dejó el frío invierno quiteño para cambiarlo con aire acondicionado en hibernación, hasta que termine de deshojar margaritas y se lance a navegar entre la pandemia en busca de los votos ciudadanos.
Mientras, los socialcristianos a falta de Jaime Nebot, tienen cinco nombres y no descartan irse con la opción Z: un nombre independiente, de fuera de sus filas, que puede ser el mismísimo Otto o algún otro.
La entente de Pachakutik está en plenas primarias: un prefecto en funciones que estrenó nuevo nombre: Yaku, con la minería entre ceja y ceja. Otro ex prefecto con experiencia parlamentaria como Quishpe, y hasta una voz que lanzó arengas en tiempos de octubre mientras Jaime Vargas guarda sus lanzas, acaso para optar por una curul.
Con ellos, Unidad Popular. Pero Atarihuana su dirigente, dice que con una alianza popular, sin derecha ni correístas.
La Revolución Ciudadana tiene a su delantera prófuga, exiliada, engrilletada, y sentenciada. No llega la casación y no tiene partido. Otros nombres no entran en esta columna, ¿Como para qué quiere alguien ser Presidente? La campaña sigue ‘on line’.