A veces nos olvidamos cuan enorme fue la riqueza que estuvo en manos del Gobierno en los últimos 10 años. Porque eso es lo que fue: enorme. Si se recolecta la suficiente información, se puede calcular que el gasto del gobierno en los últimos 10 años equivalió a lo gastado en los 37 anteriores, es decir, el gasto público entre 1970 y 2006 tuvo el mismo poder de compra que lo gastado entre 2007 y 2016.
Esto equivaldría a decir que la plata que tuvo el Gobierno anterior equivalió a lo que tuvieron todos los gobiernos desde antes de la última vez en que Velasco Ibarra se declaró dictador, hasta Alfredo Palacio, pasando por los dictadores militares, la restauración democrática, las duras décadas de los 80 y los 90, la dolarización y los buenos años de crecimiento de inicios de siglo XXI hasta el final del 2006.
En número de años, la relación es casi cuatro a uno.
Pero claro, gastar es lindo, el problema es cómo cubrir ese gasto. En el Ecuador, lo que gasta el Gobierno tiene tres grandes fuentes de financiamiento: los impuestos, el petróleo y los créditos que recibe. Entre 2007 y 2016, lo que permitió el enorme (porque ese es el calificativo correcto) gasto fueron los ingresos petroleros y los ingresos por nueva deuda. Los impuestos aportaron, pero su etapa de mayor crecimiento fue entre 1999 y 2006, o sea, antes del disparo del gasto.
Y el crecimiento de los ingresos petroleros se debe a la apertura del segundo oleoducto y al crecimiento del precio del barril. El OCP permitió que la producción de petróleo crezca, entre 2002 y 2004 en 34% (hubo más crudo para vender) y el precio del barril se multiplicó por 13 entre 1998 y 2008 (algo que se lo debemos más que nadie a los chinos).
Los ingresos petroleros crecieron, pero no gracias al gobierno anterior, sino a los gobierno de Noboa y Gutiérrez (que permitieron que el OCP se construya) y gracias a la enorme demanda china de recursos naturales.
El endeudamiento sí fue un logro exclusivo del Gobierno, que no tuvo ningún empacho en que la deuda pública crezca de 10 034 millones en junio 2009 a más de 40 000 en la actualidad (según las cifras oficiales) o más de 50 000 según varias estimaciones confiables.
Y así, el Gobierno Central gastó, entre 2007 y 2016, el equivalente a 229 788 millones de dólares de 2016 (ajustados por inflación), una cantidad muy similar a los 229 821 millones gastados por el Gobierno Central entre 1970 y 2006 (obviamente, con todos los datos ajustados por tipo de cambio e inflación).
Y ese inmenso gasto nos volvió un país acostumbrado a vivir de las rentas, un país caro por toda la inflación que produjo y, encima, un país sobreendeudado (con plazos cortos y con intereses altos). Y, finalmente, mucho de ese gasto lo único que hizo fue incentivar importaciones.
@VicenteAlbornoz