La hora de la verdad

Así llaman los aficionados taurinos al momento en que el matador culmina su faena y se dispone a estoquear al noble animal. Si la suerte está bien ejecutada, en el hoyo de las agujas y produce efectos inmediatos, el torero habrá redondeado su actuación y cosechará los trofeos y aplausos del público. Si, por el contrario, no ejecutó la suerte suprema según los cánones de rigor, toda su actuación previa, por lucida que haya sido, se vendrá abajo.

El presidente Moreno afronta su hora de la verdad: Después de 6 meses en que ha pacificado a la nación con su espíritu de tranquilidad y bonhomía, con respeto a los ciudadanos y al pensamiento ajeno y el destierro de prácticas y expresiones autoritarias y groseras, convoca al pueblo para que se pronuncie sobre asuntos de fondo y de interés gravitante para el futuro de la República: la no reelección indefinida para las autoridades de elección popular y la reestructuración total de ese engendro llamado Consejo de Participación Ciudadana y Control Social que, obediente a los mandatos del poder, ha servido para la consolidación del despotismo y la permisividad de la corrupción. La Constitución de Montecristi previó una sola reelección presidencial, inmediata o alternada, pero en ilegítimo abuso de la mayoría incondicional de asambleístas, se la modificó para permitir la perpetuación del caudillo en el poder. Así se burló al 80% de los ciudadanos que reclamaban ser consultados directamente.

Moreno ha debido enfrentar la oposición de parte de su propio grupo político, Alianza Pais, bajo el control férreo de su antecesor, y la actitud soterrada de autoridades y funcionarios estrechamente vinculados con el autoexiliado en Bélgica. Han transcurrido más de 6 meses del gobierno y apenas ha podido sortear la profunda crisis económica con la que recibió al país, le ha sido imposible re conducir la economía con el equipo de Correa y con legisladores que en buen número han continuado sometidos incondicionalmente a su jefe, en lugar de responder a las necesidades del país. La Corte Constitucional, el Consejo de la Judicatura, la Fiscalía, las Superintendencias, todos controlados por el anterior jefe de Estado, han obstaculizado a la administración Moreno. Solamente en los últimos días ha dado un paso audaz, pero legal y legítimo, que ha descolocado, ojalá definitivamente, al caudillo y sus incondicionales.

La consulta debe llevarse a cabo ya, y se espera que los ciudadanos den un SÍ masivo a las preguntas de fondo, fundamentales para que el gobierno de Moreno re-enrumbe el manejo de la economía, destierre el autoritarismo y logre, después de un período de sacrificio -ineludible en las circunstancias - que el Ecuador retorne al crecimiento económico sostenido, el consecuente incremento del empleo y el mejoramiento del nivel de vida, especialmente de los más desposeídos.

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