¿Un presidente chino en Ecuador?

A comienzos de octubre visitó el Ecuador el Canciller chino Wang Yi. Su visita pasó para mi sorpresa casi desapercibida entre los medios privados e inclusive –para mi mayor sorpresa aun- entre los gubernamentales. La presencia en Quito de tan alto dignatario de la segunda potencia mundial –y próximamente la primera - no mereció la atención que debía.

En los últimos días, a parte del Canciller, han estado en el país periodistas y académicos chinos con el propósito de preparar la agenda y el ambiente de la próxima visita del presidente Xi Jin Ping. Que el jefe de Estado de China visite Quito es un hecho sin precedentes. Nunca antes ha ocurrido. Ello demuestra el interés que tiene su país en incrementar las relaciones con Ecuador particularmente en materia económica que va en la línea de los requerimientos para el desarrollo de su boyante economía. Xi Jin Ping retribuye así la visita que el Presidente Correa realizó a Beijín a comienzos de 2015.

Si bien no es de extrañar que el presidente chino venga a Ecuador dada la profundidad de las relaciones bilaterales, muchos se preguntaran sobre su oportunidad cuando el actual gobierno está por terminar. La explicación es simple: precisamente por se acaba hay que fortalecerla. Así, con la firma de más compromisos, la vinculación chino-ecuatoriana, no importa quién sea el próximo presidente, quedará aún más consolidada de lo que ya está.

China maneja estratégicamente su política exterior y se aproxima a países que pueden atender sus necesidades. Ecuador es uno de ellos y no por la supuesta afinidad ideológica con el gobierno de Correa sino por lo que puede obtener. Desde hace diez años China se interesó en lo que el Ecuador podía darle y vino para quedarse. Eso no es malo, lo malo sería que ingenuamente nosotros no saquemos provecho de ese interés de manera práctica y efectiva.

Una reflexión al paso: ¿Por qué tiene China tanta presencia estratégica en América Latina? Por dos simples razones: por su crecimiento económico y su posicionamiento geoestratégico mundial y porque Estados Unidos y, de alguna manera, Europa, se han desentendido de nuestra región y el espacio cedido está siendo ocupado por la potencia asiática. Que yo recuerde nunca ha venido al Ecuador un presidente en ejercicio de Estados Unidos a pesar de la cercanía histórica y geográfica…

Bien por China y por el Ecuador, pero seamos pragmáticos en nuestra relación en lo que podamos sacar provecho. Yo apostaría, principalmente, al ámbito comercial donde China tiene un amplísimo mercado que no ha sido abierto equitativamente con relación a las concesiones que hemos hecho en materia de hidrocarburos, minería y construcción de infraestructura. Espero que el gobierno lo haga.

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