Una vez concluidas las elecciones seccionales con sorpresas de nuevas autoridades electas en muchas ciudades del país, ¿es hora que de continuar con reformas para una “mejor” democracia?
Hay quienes vuelven a plantear una nueva Carta Política, una más al montón, borrón y cuenta nueva para eliminar el hiperpresidencialismo. Otros, en cambio, solo quieren una consulta popular sobre la no explotación del parque nacional Yasuní (los denominados Yasunidos) y otros desean modificar al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) para que ya no nombren a las importantes autoridades de control: Contralor General del Estado, Fiscal General de Estado, Superintendentes y otros.
La sorpresa es que quién aún preside el Cpccs apoya eliminarla, es decir, solo unos pocos son “buenos” y los nuevos consejeros -sí elegidos por votación popular- serían “malos”. La falta de transparencia del Cpccs, incluido el actual transitorio y actos manipulados, han hecho que esta institución no sea lo que se supone que haría, más aún con unas puntuaciones en unos concursos perfectas y en otras deplorables, siendo la política lo que ha primado al momento de seleccionar a los idóneos.
Mientras tanto, otros, están maquinando y elucubrando sobre las elecciones presidenciales 2021.
Entonces, ¿quién debe liderar a los otros para una “buena” democracia más incluyente y participativa? La nueva propuesta de Acuerdo Nacional del gobierno nacional ¿debe incluir a todos y a los otros? ¿No debería esta propuesta de Acuerdo Nacional ejecutarla la Asamblea Nacional que para ello fueron elegidos y son los “representantes”? Para unos no tienen esta tarea y para otros sin representatividad para ello. ¿O solo es una cortina de humo para pasar este año entreteniendo a las masas en todo, nada y otras cosas?, concluyendo nada nuevo o lo que ya todos saben.
Más allá de ello, las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TICs) no están incluidas en la reforma política 2019 ni en el Acuerdo Nacional.
¿No sería más fácil para una mayor participación directa de los votantes que ya no exista una Asamblea Nacional y cada propuesta legislativa, nuevas leyes, sus reformas y derogatorias sean puestas a decisión del pueblo -no de sus supuestos representantes que luego de las elecciones pueden olvidarse sus grandes promesas de campaña- mediante votación a través de medios telemáticos – TICs?
Con ello, habría una verdadera y directa participación en los temas de trascendencia nacional, incluido menor gasto. Los dos problemas a solucionar son cómo evitar la manipulación mediática y en redes que ya existe, así como evitar intrusiones no deseadas a la votación.
Ahora a ver si unos pocos, todos o los otros se autodenominan ser los solucionadores de la política nacional y su reforma 2019.