Estancamiento sin más empleo

Si no hay más empleo adecuado ningún plan es bueno para la gente. Si no hay crecimiento económico per cápita no se crearán más plazas de trabajo. Mas - se diga o se calle - se va a achicar el tamaño del Estado, que significa menos empleo público que debe ser compensado con empleo privado, so pena de causar una recesión inmediata y el retroceso de la clase media vulnerable hacia la pobreza que ya padeció.

Para generar buen empleo el Ecuador tiene que desarrollar nuevos sectores productivos a más de los existentes y para ello no solo vale la exoneración de impuestos sino aprovechar al máximo el mercado europeo que ya está abierto.

El proyecto de ley de fomento productivo presupone que el gobierno ordene sus cuentas fiscales para optar por créditos que sirvan para renegociar la deuda onerosa contraída por el Ecuador. Esto se conseguirá si sube el precio del petróleo, si se recaudan más ingresos fiscales y si se gasta menos, pero al decidir exonerar el impuesto a la renta (que podría ser demandado en la OMC) y eliminar los aranceles en los acuerdos comerciales el Estado recibirá menos ingresos.

Esto nos llevará - tarde o temprano - a cambiar la política tributaria como lo han hecho Colombia y Perú al subir el IVA al 19 y 23 por ciento, respectivamente, toda vez que este impuesto aunque regresivo es más fácil de recaudar y más difícil de evadir.

Algunos opinantes interesados sugieren pedir el apoyo del Fondo Monetario Internacional –FMI- y concertar un acuerdo comercial con los Estados Unidos, pero la naturaleza del contexto económico y político no es favorable, pues no vemos al gobierno solicitando un financiamiento al FMI al estilo de Argentina porque para ello deberá hacer un programa económico que hoy no tiene, que le obligaría a prescindir del enfoque populista mediante un ajuste fiscal real y medible. Y sin el certificado de buena conducta otorgado por el FMI no habrá ninguna posibilidad de contratar créditos grandes con el Banco Mundial o con el BID. Entonces el gobierno seguirá contratando créditos externos caros e internos de corto plazo que, al final, dejarán al próximo gobierno la deuda incrementada.

Si se propone un acuerdo comercial con Estados Unidos no tendremos una respuesta positiva pronto porque Trump está aplicando una política proteccionista. Solo insistirá en que el Ecuador haga concesiones en los mal llamados temas irritantes sin abrir su mercado en nuestro favor. Esto será así por más que mostremos buena cara diplomáticamente, pues como decía Kissinger: a los países que fungen gratuitamente de anticomunistas no hay que hacerles caso.

Ojalá la exoneración de impuestos a los empresarios no afloje sus esfuerzos para ser más competitivos y sirva para que haya nuevas fábricas que hagan productos importantes que se puedan exportar y no solo aprovecharla en inversiones vegetativas y principalmente para bienes no transables.

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