El país amaneció escindido, con resultados provisionales que dan el triunfo a Moreno, pero impugnados por Creo, por inconsistencias en actas, un diagnóstico de empate técnico de Participación Ciudadana, y resultado favorable a Lasso de las encuestas a boca de urna de tres prestigiosas encuestadoras privadas. Ahora viene el escrutinio voto a voto en cada junta provincial electoral. Ese es el que vale. Hubiera sido preferible que uno u otro candidato hubiera triunfado inobjetablemente. Que el CNE y Tribunal Contencioso Electoral estén integrados por oficialistas arroja dudas sobre su imparcialidad. Las impugnaciones las deberá resolver el TCE presidido por Lenín Patricio Baca, hermano del nuevo fiscal.
Quien se posesione de presidente el próximo 24 de mayo debe tender la mano al electorado de su contendor. Guillermo Lasso así lo manifestó en su alocución triunfal (la actitud oficialista era derrotista hasta las 7pm del domingo) e igual cosa declaró Moreno cuando se proclamó vencedor. Eso es lo más alentador de la jornada. En uno y otro caso, los desafíos son los siguientes:
Para Lasso: demostrar al electorado sobre todo costeño que no va a desmantelar los programas sociales, y de apoyo al pequeño productor; a Manabí, que puede acometer la reconstrucción de manera más eficiente que el gobierno saliente. Debe ganarse paulatinamente la confianza del electorado de AP.
Para Moreno: atenuar la crispación de la clase media nacional, que votó abrumadoramente en su contra, y quien toma las decisiones que mueven a la economía. Es la que tiene emprendimientos y contrata empleados. La que decide si se compra un nuevo apartamento, dinamizando la construcción. Esta clase media se siente amenazada por un discurso de lucha de clases, ultrajada por un discurso oficial que ridiculiza a sus integrantes que no sean parte del círculo oficialista, indignada por las amenazas contra los medios independientes; estima que la enorme prosperidad de la última década se dilapidó y no sirvió para poner las bases de un crecimiento sostenido.
El crecimiento de una economía desarrollada se asienta en los pequeños y medianos emprendimientos que crean empleo y requieren poco capital. Eso lo entiende Moreno y de ahí su compromiso de dar crédito a los pequeños emprendimientos. Pero estos emprendimientos por lo general consumen divisas. También es importante estimular la inversión en empresas que o exportan, o ahorran importaciones. El énfasis de este gobierno es en proyectos faraónicos, como la Refinería del Pacífico, o utópicos como que Tesla construya una planta automotriz en Yachay. De ganar, Moreno deberá ser pragmático, desechar el fundamentalismo ideológico, y tender una mano a la inversión privada, en actividades más tradicionales en las que el país tiene conocimientos y es competitivo.