Mientras las autoridades económicas se reunían con la banca multilateral en Washington y la de inversión en Nueva York, el riesgo país trepó a 696, más alto en 25 puntos que al cierre de mayo.
Montó la fiebre del riesgo país a pesar de la buena impresión que causó el equipo económico, al explicar su estrategia para enderezar las finanzas públicas (lo que no hizo la exministra Viteri en marzo), y el que se haya mandado un proyecto de ley a la legislatura que sustente ese plan. El proyecto reconoce el sobreendeudamiento y establece metas para que a finales del período presidencial se reduzca sustancialmente el déficit fiscal.
El riesgo país cuantifica el rendimiento adicional que requieren los inversionistas para comprar un bono de un país y no un bono a 10 años del Tesoro de los EE.UU., que hoy rinde 2,9%. El inversionista requiere hoy que un bono ecuatoriano a 10 años rinda 6,96 puntos porcentuales adicionales. Sumando ambas cifras, tenemos 9,86%, un costo muy elevado.
El riesgo país suele bajar cuando el precio del petróleo sube, y viceversa. El precio del petróleo está alto hoy, debemos estar vendiendo a USD60 el barril, pero el cambio en el riesgo depende del cambio en el precio, que está cayendo: habríamos vendido a eso de USD64 para cuando fue posesionado Richard Martínez. El petróleo baja porque Arabia Saudita y Rusia, los mayores exportadores, incrementaron su producción, por considerar que había subido demasiado, lo que amenaza un desplome a mediano plazo.
Pero ese no es el factor que explica el alza de la fiebre. Es que el Fed, el banco central de EE.UU., considera que hay peligro de sobrecalentamiento de la economía estadounidense. Sube fuertemente el consumo de hogares, y desapareció el desempleo. Todo lo cual es positivo, pero puede tornarse negativo si suben mucho los salarios, lo que se traduciría en alza de precios e inflación. En mayo la inflación subió en EE.UU. El índice que vigila el Fed, que excluye alimentos y energía, pasó de 2,1% a 2,2%, y la meta es mantenerla en 2%.
Para reducir la demanda de crédito y desacelerar el consumo, el Fed subió la tasa de interés, lo que se anticipaba. Lo nuevo es que anunció que la subiría dos veces más en el año. Esto induce a los inversionistas a preferir invertir en bonos de los EE.UU., no de países riesgosos, y de ahí el alza en el riesgo país.
Otro aspecto que nos perjudica, como productores, es que fruto de ese influjo de capitales hacia los EE.UU., se fortalece el dólar. Lo cual nos quita competitividad, la que estábamos recobrando lentamente a través de una inflación negativa. Los precios de los productos (excluimos servicios) han bajado 2,6% interanual a mayo.
El vigor de la economía estadounidense y del dólar dificulta más la tarea de las autoridades de enderezar la economía nacional.