El anuncio público del presidente Moreno, sobre las personas que integran las ternas para conformar el Consejo Transitorio, gustó a amplios sectores de sociedad civil que se jugaron por este proceso, presentando, al país y al Presidente, nombres destacados para integrar dichas ternas. Varios de los nombres propuestos fueron recogidos por la lista presidencial.
Pero, previo al anuncio hubo tensión. Y es que ante algunas medidas contradictorias del Presidente, caso de nominaciones importantes en la gestión del Estado, la gente dudaba. Y para poner más incertidumbre cayó como una piedra en estos círculos, la propuesta del procedimiento para nominar al Consejo Transitorio definitivo, percibida como una recreación del correato. Lo cierto es que en ciertos sectores sociales persiste la desconfianza en el Régimen, que no logra desprenderse de la cola correísta en sus filas, y de todo lo que esto implica respecto a manipulación permanente, doble discurso y corrupción.
De allí que el gesto político presidencial, de las ternas presentadas, es muy importante en el proceso de construcción de confianza, aspecto psicosocial, que se erige como decisivo en esta coyuntura de titubeos y de un proceso que demanda alta credibilidad y fuerza política de sus conductores, que tienen como misión el desmantelamiento del correato y la reconstrucción de la institucionalidad democrática del Estado.
En estos días, la gente se sintió escuchada y valorada, luego de 10 años de persecución y arrinconamiento. Se reconstruyen, con altos y bajos, relaciones respetuosas de la sociedad con el poder, y eso es muy importante para la democracia y para las organizaciones ciudadanas, que de manera independiente se reagrupan y buscan nuevos sentidos a su acción. Un acierto adicional de Lenín fue haber ubicado en la cabeza de la primera terna al Dr. Julio César Trujillo, viejo sabio, abuelo respetado y querido, que hoy acumula el patrimonio ético más importante del Ecuador y que por su posición en las ternas debería ser designado como presidente del Consejo Transitorio. Con su sola presencia se garantiza la independencia e idoneidad del Consejo Transitorio. No vemos a ningún alto funcionario, de este o del gobierno pasado, pidiendo favores o chantajeando al Dr. Trujillo. La poderosa sombra de este personaje protege a los otros comisionados, que sin duda aportan con sus propias cualidades.
El eje de la política de los próximos meses será la delicada labor de la Comisión Transitoria. Esto le da un balón de oxígeno al presidente Moreno para emprender en varias acciones de gobierno que hasta hoy han estado congeladas o a medio gas. Una ellas es la educación, donde se requiere superar el fracasado modelo educativo correísta, y apuntalar tal medida con un gran acuerdo nacional. Si no, la tensión cualquier rato sube.