¿Deuda sana?

Un indicador muy utilizado, y que sirve para determinar el límite que nuestro país puede endeudarse, es el nivel de deuda relacionado con el producto interno bruto. Este indicador también sirve para comparar la situación de endeudamiento entre países.

La deuda con relación al PIB es muy utilizada pero como indicador es aun incompleto y puede provocar conclusiones erróneas. Es así que, si un país tiene una relación de deuda-PIB del 38% como va a ser es el caso del Ecuador al final del 2016 y otro que tiene una relación del 72% como Alemania, se puede concluir que la situación de deuda de Ecuador es prácticamente 2 veces más adecuada.

Para completar el análisis se debe al menos incluir dos conceptos adicionales, y estos son: el nivel de servicio de esta deuda, que es la cantidad de dólares que un país debe pagar cada año por intereses, esto relacionado con el PIB; y el capital fijo generado producto de la inversión de la deuda contratada.

En la misma comparación entre Ecuador y Alemania, el nivel de servicio de deuda de Ecuador está entre 1,8% a 2% (depende como se lo mida) con respecto al PIB y el de Alemania es del 1,3%. El Ecuador debe destinar 2 mil millones al servicio de su deuda y Alemania 44 mil millones. Si bien Alemania debe destinar muchos más dólares tiene la posibilidad de hacerlo por cuanto el PIB es treinta y seis veces más grande que el Ecuador. No solo importa el nivel de deuda y cuanto representan sus intereses sino el uso de la deuda y como aporta a la inversión productiva.

Si tomamos el incremento de deuda del Ecuador en los últimos 10 años, este es de 25 mil millones, y si hacemos lo propio con la inversión realizada, el exceso de la misma respecto a un año similar al 2006, sería de 68 mil millones. Si consideramos que las inversiones han sido productivas, tema en discusión, parecería razonable haber contratado deuda para generar este nivel de inversión adicional. Lo interesante es que el país ha recuperado en el mismo periodo, 97 mil millones extras por exceso de renta petrolera y tributos.

Cabe preguntarse : ¿para qué nos endeudamos?, si a todas luces este exceso de ingresos era suficiente para hacer las inversiones realizadas y además sobraban alrededor de 30 mil millones, cantidad suficiente que hubiera podido servir para cubrir las brecha fiscal del 2016 y la que va a tener el país en el 2017.

Es evidente, y no cabe insistir, en que hay países con un nivel de deuda del orden del 70% o más para poder seguir justificando un incremento de deuda, cuando en realidad el Ecuador debió haber sostenido un nivel de 15% sobre el PIB sin mayores dificultades.

La deuda del país no es sana, ni ha sido necesaria. Se la debe analizar de manera detallada, transparente y responsable y esa es función de los entes y funcionarios que la administran.

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