¿Cuál es la posibilidad de que las únicas irregularidades de Correa pudieran ser las del caso Balda? ¿Cuán posible es que solo en ese supuesto se haya obrado contra la ley?
Todo este caso me recuerda demasiado al escándalo de Watergate de Nixon. Y, al igual que el exmandatario estadounidense, hay el potencial de que se trate apenas del pico de un iceberg que termine por consagrarlo como lo más nefasto de la historia del país. Plantear paralelismos es muy tentador.
Nixon se creía intocable. Su liderazgo en la política estadounidense se alargó por más de 20 años (primero como vicepresidente de Eisenhower, luego como presidente). Sus conexiones, el desbaratamiento de sus opositores y enemigos, su control sobre las instituciones del Estado; era muy poderoso como para ser acusado. Precisamente ese sentimiento de impunidad hizo que paulatinamente se sintiera cómodo con las ilegalidades y las multiplique.
Terminó por tener un equipo de inteligencia y de asalto a su servicio personal. Estos elementos se introdujeron en la sede del Partido Demócrata, los espiaron y el resto ya es historia. Solo hubo que tirar del hilo, y un tropezón de abusos y corruptelas se fueron desvelando; es que es inaudito que un corrupto solo actúe así en una única circunstancia. Lo normal es que conducirse al margen de la ley se vuelva el modus operandi.
Finalmente Nixon confesó la actitud que explicó su comportamiento. En una entrevista con Frost en 1977 señaló que “Si el Presidente lo hace, entonces no es ilegal.” ¿No les parece algo que Correa diría? Tanto es así que esta es su actitud en el proceso del caso Balda.
¿A cuenta de qué él se presentaría en una audiencia? Basta verificar sus últimas declaraciones y seguir su cuenta de Twitter para constatar lo inaudito que le parece todo esto. Envió a su abogado Caupolicán Ochoa, todo fresco, a presentar unas piltres hojas -respecto a su cambio de domicilio- que no tenían las certificaciones y formalidades que un proceso legal requiere. Luego, cuando estas no fueron admitidas -lo que es totalmente normal-, entonces se produjo la indignación y se renovaron los lamentos de persecución política. ¡¿Cómo puede ser que a él le pidan formalidades?!
La investigación sobre la entrada del equipo de asalto de Nixon en las instalaciones del Partido Demócrata en el edificio Watergate sirvió como un rompehielos. Las instituciones del Estado perdieron miedo. Se dieron cuenta de que la ley podía primar. Al final, 48 de los más altos funcionarios fueron condenados. Aquí estamos lejos de iniciar suficientes procesos. Pero, los tiempos nos dan esperanzas; que el caso Balda sea solo el inicio del hilo a tirar, que perdamos el miedo e investiguemos, que en el Ecuador también la ley puede primar.