La preocupación mayor en estos días está en el desarrollo de las acciones penales contra exfuncionarios acusados de asociación ilícita, o peculado.
Los ojos de la ciudadanía se concentran en el Fiscal General, Dr. Carlos Baca Mancheno:¿a quién acusará y por qué delito o delitos?¿O no acusará? La política complica más esta etapa, toda vez que se prepara una consulta popular, con el propósito central de que el pueblo se pronuncie por el fin de la permanencia de altos personeros cuya gestión está mereciendo toda suerte de dudas y sospechas. El expresidente Rafael Correa, por su afán de hablar y hablar, complica más el panorama. Dijo que gente leal le envía información desde Carondelet y, a poco, descubrieron una cámara oculta en el Despacho del actual Jefe de Estado. Ahora, todavía más, al decir: “esa consulta, muy probablemente pregunten por el cambio de autoridades de control, sobre todo el Fiscal; cambian al Fiscal, ponen un enemigo mío y Correa a la cárcel…” Esta afirmación causa mucho daño al actual Fiscal General, pues induce a creer que él es un seguro para el expresidente. ¿Y su dignidad? ¿Y el juicio de la Historia? Enseguida recuerdan que el Dr. Baca fue cercano al expresidente Correa.
Mientras la política opera sin tregua, la ciudadanía padece las consecuencias. Ayer, la “partidocracia” lesionó gravemente la economía de los ciudadanos: sus sucres fueron depreciados a 25 000 por cada dólar y creó una crisis profunda. Actualmente, con la llamada Revolución Ciudadana, hallamos que el Gobierno ha recibido ingresos cercanos a USD 300 000 millones, pero los ha gastado de tal manera de obligarse a adquirir deudas por USD 58 000 millones.
Al pobre IESS le han obligado a prestar miles de millones al Fisco. Hoy, algunas personas de clase media pueden aspirar a una pobre pensión inferior a USD 300 mensuales.
La tradicional costumbre de exigir o recibir coimas ha sido sustituida por otro método: por decir un ejemplo, una obra que vale 100 millones de dólares, termina costando 150 ó 180 millones. ¿La diferencia? No hace falta un adivino, ni un matemático para deducir.
Por donde se dirige la mirada encuentran errores gravemente perjudiciales; de los más notorios la Refinería de Esmeraldas; la “nueva” Refinería en Manta, Yachay y otras; así como la intromisión de la compañía Odebrecht, experta en corrupción.
La desocupación cunde. En una sola familia dos valiosos profesionales se hallan sin trabajo pese a sus conocimientos y experiencia. Debajo, de boca de albañiles o peones brota la pregunta angustiosa: ¿habrá un trabajito?
La ciudadanía debe tener conciencia de que si alguna de sus 390 propuestas no caben entre las pocas que debe contener la consulta popular, no cabe adoptar actitud inconforme; menos, de condena para el convocante.