No se trata de suspicacias ni de provocar dudas sin fundamentos. Por eso procede una primera interrogante: ¿Por qué se produjo el secuestro de los tres empleados de El Comercio? Técnicamente cuál fue el móvil: ¿robo, venganza personal o política, el perverso deseo de iniciar una escalada de violencia en la frontera con Colombia? Ninguna de esas causas aún tiene motivos fundamentados, por lo que seguirá la búsqueda de una respuesta para familiares, amigos y colegas. Ese fue el entorno de las frases de familiares, expresadas en medio del intenso dolor en la repatriación, al señalar que estarán atentos a las investigaciones en Colombia y Ecuador. Se interpreta que hablan del futuro y no del pasado. El final de la cita es contundente y clamoroso cuando señalan que la identificación de los restos “no constituye un cierre o el final de esta historia”.
La segunda pregunta, que se fundamenta en el historial del crimen del secuestro, es sobre su relación con el asesinato. Sin llegar ser una teoría, en muchos lugares donde impera el crimen organizado se considera que el secuestro es seguido de una etapa de complejas negociaciones destinadas a obtener algún tipo de beneficio a causas de la liberación de rehenes. Son procesos dilatados, generalmente promovidos por los allegados a las víctimas, por expertos en negociaciones de la mafia y no siempre con un final feliz. En el campo nacional parcialmente se conoce que en alguno u otro caso (motivo económico) se obtuvo la liberación. En el campo exterior con nefastos resultados (motivo político), sigue siendo referencial el caso de Aldo Moro en Italia en las manos criminales de las Brigadas Rojas.
El Gobierno y los altos mandos de las fuerzas públicas están obligados a comunicar los hechos más importantes del proceso que se inició con el secuestro de ciudadanos ecuatorianos que terminaron, sin móvil aparente, en una fosa común y en un país extranjero. Es indispensable un pronunciamiento de que no existe ninguna información reservada y que no se repetirán los encubrimientos de los casos Gabela y Balda. Que saben que el Ecuador es regido por una Constitución y que la información reservada debe ser calificada por la autoridad competente, por un periodo determinado y fundamentado el motivo de la extrema medida que siempre debe ser la seguridad nacional; por ende, la verdad sin restricciones es un imperativo.
Pueda que sea referente recordar a Patricio Aylwin que en medio de la intensa y desesperada demanda de los ciudadanos por la justicia a causa de los horrores de la dictadura de Pinochet, expresó una frase difícil de entender en ese momento: “justicia en la medida de lo posible”; aclaró, que primero debe conocerse la verdad (víctimas y desaparecidos) y luego la justicia en la medida de lo posible. Logró la verdad y se encontraron cientos de tumbas ocultas en el desierto y en el mar.