Todavía no desaparece de la memoria colectiva la actitud de los Estados Unidos cuando, a raíz de la entrega inicial de mil quinientos millones de dólares al estado colombiano para iniciar el plan del mismo nombre, al Ecuador le regalaron 13 millones y: un tiempo después, chatarra militar para nuestro ejército y uniformes militares usados por los soldados de ese país.
Hoy la historia se repite con la República Popular China que como un gesto generoso a la entrega de petróleo y a generosas operaciones financieras para su patrimonio, regala unos modernos fusiles para nuestra fuerza pública. Se desconoce si existe algún motivo de emergencia logística que justifique esta operación, pues se supone que, dentro de los respectivos presupuestos institucionales, existen los recursos necesarios para las tareas u operaciones de previsión operativos y logísticos las Fuerzas Armadas o Policía Nacional. La gratitud china se hubiese manifestado en rebajar algunos de los dígitos de nuestros préstamos o se hubiese encargado de alguna zona importante de la reconstrucción de Manabí o Esmeraldas, las gracias hubieran sido unánimes en todo el territorio nacional. En ese caso, La Asamblea hubiese aprobado un nuevo día cívico: el día de la amistad ecuatoriana – china, no laborable y puente vacacional incluido.
Es probable que luego de cerradas las inscripciones y se conozcan quiénes pueden repetir la presencia en el parlamento, y muchos deberán regresar a sus lares; más aún por con los espacios que serán ocupados por los altos funcionarios que requieren con urgencia de la inmunidad parlamentaria. En ese entorno la actual mayoría será indiferente para temas de aparente perfil burocrático, aunque el honor nacional se ventile de por medio.
Pero hasta las inscripciones electorales no se podrán abrir las puertas de importantes auditorías y fiscalización. Por tanto, hay que seguir esperado por alguna otra dotación bélica de los hermanos orientales. Así debió ser Cuba cuando recibía armamentos de la URSS y sus satélites durante la Guerra Fría. Hoy el escenario mundial es diferente y las necesidades, otras. Por eso, ¿a que vienen los fusiles?
Por supuesto a los candidatos no les importa a pesar de que pueden estar próximos a ejercer la Jefatura de un Estado soberano y no mendigo; máxime que esta vez -la otra vez pasó de largo-, deberán jurar sobre la Constitución de Montecristi, aunque el mismo día, pidan una consulta popular para una constituyente.
Sin embargo, quienes debieran explicar cuál es su posición frente a esta insólita donación son los altos mandos de las Fuerza Pública. En todos los actos públicos y solemnes proclaman y juran por el honor; pero ese se luce en las trincheras cuando se combate o en la fiel garantía del orden constitucional, no del político. Esa es otra cosa. Cuando confunden los ámbitos se ingresa al escenario que sufre el pueblo donde nació el Libertador.