Es conveniente poner nombre a un huracán legislativo como hacen los controles espaciales sobre los fenómenos que cada cierto tiempo arrasan con islas y poblaciones en el Caribe. Por eso, la denominación Huracán 404 fue apropiada para el proyecto de la Ley Orgánica para la Transparencia Fiscal, Optimización del Gasto Tributario, Fomento a la Creación de Empleo, Afianzamiento de los Sistemas Monetario y Financiero y Manejo Responsable de las Finanzas Públicas. Siempre hay que detonar alertas cuando con los títulos son una sábana con 404 artículos, 8 disposiciones generales, 25 disposiciones transitorias y cuatro derogatorias. El mastodonte, que incluía reformas tributarias y reformas al Código Monetario y al de Finanzas Públicas fue enviado con el carácter de “Económico Urgente”. La Constitución, sin embargo, en los artículos 137 y 140 dispone que solo debe contener una sola materia. En otras circunstancias y otras geografías suficiente motivo para que por unanimidad el parlamento airado devuelva el proyecto en tal sentido la subida del “riesgo País” debe ser compartido por el rechazo legislativo y también por la irresponsabilidad de la propuesta.
En cuanto al debate del proyecto se puede lucubrar sobre la similitud con el caso argentino de las elecciones PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) Allá fue entre Macri y Fernández, y el inicio de la victoria del presidente peronista; en el Ecuador, pudiera ser el filtro a la competencia entre los candidatos costeños social cristiano y de Creo. Si triunfaba el archivo o el rechazo, la victoria social cristiana era obvia; en caso contrario, la delantera correspondía el líder de CREO. Si se suman los efectos de la asonada indígena de los primeros días de octubre y el trámite de la ley- huracán, es posible advertir una purga del escenario electoral para el 2021. Han crecido nuevas expectativas; incluso, una que emerge entre cortinas gubernamentales y que puede ser un ‘outsider’. No puede afirmarse que sea un precandidato del gobierno pues de política sabe tanto como de lenguas pre bíblicas; es posible como dicen en el argot del béisbol de algún “bateador emergente” de alguna de candidatura. Mientras la política nacional vuelve a mostrarse a plenitud en sus pequeñeces, el ejemplo de la concertación en Chile para superar la crisis demuestra que los acuerdos entre diferentes son posibles en el continente
El presidente Sebastián Piñera y los principales partidos alcanzaron un acuerdo para elaborar una nueva constitución para que la apruebe el pueblo, pues la anterior de 1980 era de Pinochet. Debe destacarse que los políticos chilenos –gobierno y oposición- públicamente acordaron transitar un solo camino para la constituyente. Se empezó con el incendio de los vagones del metro y termina con un acuerdo para lograr una salida constituyente. Volvieron a entonar la cueca: “dos puntas tiene el camino…”