Cuando evalúas tu vida, a parte de tu madre o tu padre, te acuerdas de las personas que más influyeron positivamente. Y allí, inevitablemente, en la bruma de la memoria, asoma la figura de una maestra o un maestro que marcó tu destino, tu forma de ser, de pensar, de sentir.
Para una investigación sobre la historia del Normalismo en el Ecuador, el maestro y normalista Frederman Tamayo Armas (+), responde a la pregunta sobre qué más influyó en su vida, sumergiéndose en su pasado, encontrando su escuelita de Bolívar-Carchi: “El mayor recuerdo que tengo de lo que hoy es la EGB, Escuela General Básica, además del señor Montenegro de la Escuela Julio Andrade, es del padre José Avelino Fuertes, mi profesor, nuestro profesor de quinto grado, nos daba catecismo y religión. De él recuerdo la ley de la causalidad: “No hay efecto sin causa” y “siempre hay que buscar la verdad”. Yo uní los dos pensamientos, las dos teorías, y desde entonces, hasta ahora, sigo buscando la verdad. Ha habido momentos en que me han parecido que ya la encuentro, y no es así. Entre más la buscó me nacen nuevas dudas, tengo mayores curiosidades y me aparece un abanico de nuevas curiosidades. Allí veo que el conocimiento es infinito y eterno”.
Para la misma investigación la maestra y líder docente Teodosia Robalino (+), recuerda: “… desde cuarto hasta sexto grado fui a la Escuela Inés Jiménez en Alausí. Mi profesora fue Ana Luz Solís, lojana, normalista que trabajaba en el Normal de Quito, en el Manuela Cañizares. Esta profesora fue la que me motivó para que yo me convierta en profesora. Desde ese momento yo ya sabía que me iba a convertir en profesora. Ella siempre fue muy atenta conmigo y era tan buena que consiguió unas becas para mí y una compañera que salimos seleccionadas…”.
¡Qué importantes son las buenas maestras y maestros en la escuela, colegio o universidad! Son los que enseñaron bien su materia, o tal vez, lo más importante, son los que con un gesto, consejo, idea, acompañamiento, se metieron en tu mente o en tu corazón y transformaron tu vida.
Por esto la educación es un poderoso instrumento de cambio, porque incide en lo más íntimo de los seres humanos. Incide en las nuevas generaciones, en lo sustantivo: en la razón y en el conocimiento, en los valores y en los sentimientos. Incidencia que se realiza a través de los docentes.
Por diversas razones la sociedad y el estado del Ecuador dejaron de valorar a los docentes. Se suprimieron los Normales. La educación decayó. Por esto, la mejor manera de levantarla es desarrollando una política integral de revalorización de la profesión docente. Las aprobadas reformas de la LOEI van por ese rumbo. El nuevo gobierno debe impulsar un profundo cambio educativo, para lo cual, entre otras políticas importantes, deberá llevar la LOEI
a la realidad con el apoyo de toda la sociedad. ¡Feliz día maestros y maestras!