Cada vez que el INEC publica las estadísticas del mercado laboral, el resultado ha sido el mismo en los últimos tres años: caída del empleo adecuado, más informalidad, alta tasa de desempleo entre los jóvenes, etc.
Esa fotografía es real y muestra el panorama general del mercado laboral ecuatoriano. Sin embargo, por ver el bosque a veces no se ven los árboles, es decir, los sectores económicos que demandan trabajadores.
Al revisar los datos al detalle se puede observar que a unos sectores económicos les va mejor que a otros, pese a que hay un deterioro en el resultado consolidado. Ese estudio pormenorizado también permite ver tendencias y oportunidades, tanto de empleo como de capacitación, para afrontar el mundo laboral en la actualidad.
Por ejemplo, la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo que publica el INEC cada trimestre tiene información de 15 ramas de actividad económica.
En el reporte de marzo pasado, 11 ramas registraron una caída de la tasa de empleo adecuado o de calidad, es decir, donde el trabajador está afiliado al IESS, recibe al menos el salario básico y cumple la jornada laboral conforme a la ley vigente.
En las cuatro restantes sí se registró una mejoría, lo que quiere decir que ahí hubo un aumento neto en la contratación de nuevos trabajadores. En esa línea están los sectores de enseñanza y servicios sociales y de salud; servicios financieros; petróleo y minas, y correo y comunicaciones. Este último sector tuvo el mejor desempeño durante el último año.
Del otro lado, también es importante tener en cuenta los fenómenos globales que tienen efectos en el mercado laboral. La velocidad de los cambios tecnológicos y el envejecimiento de la población son las grandes tendencias que van a impactar en el futuro del trabajo, tarde o temprano.
En Estados Unidos, por ejemplo, las previsiones de demanda de trabajadores apuntan en la dirección de esas dos grandes tendencias. Tanto en términos porcentuales como absolutos, se observa un impulso de las ocupaciones relacionadas con el cuidado de las personas y con el uso de nuevas tecnologías. En Japón, el país más envejecido del mundo, durante el periodo de 2002 a 2016, la profesión que más creció fue la de servicios de cuidado de la salud.
Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), presentado el 1 de mayo pasado, señala que en América Latina el Caribe, una gran parte de las ocupaciones que más crecen están relacionadas con la economía digital o con servicios personales. A su vez, cae el empleo en las ocupaciones que más fácilmente pueden reemplazarse por la acción de las máquinas, como por ejemplo operarios y trabajadores de reparación y mantenimiento.
Otro dato del estudio: la demanda de trabajadores con mayor nivel de educación no aumenta y sus salarios suben a un ritmo inferior al de ocupaciones manuales, lo que obliga a capacitarse en las nuevas habilidades que demanda el mercado actual.