Menos opciones con el FMI

El mismo día que el Directorio del FMI aprobó un crédito para Ecuador por USD 643 millones, también renovó una línea de crédito para Colombia por 10 800 millones.

Esa diferencia se explica porque ambos países utilizaron líneas de crédito distintas, pero también evidencia que Colombia tiene más opciones de financiamiento ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El FMI es un banco que está dispuesto a prestar más a los clientes con mejor historial crediticio, lo cual quedó claro el viernes pasado. Ese día, el Directorio del FMI aprobó un nuevo acuerdo de Línea de Crédito Flexible (LCF) para Colombia, a dos años plazo y por un monto USD 10 800 millones.

Esta línea de crédito fue creada en el 2009 para prevenir crisis, es decir, se puede usar en cualquier momento, sin necesidad de cumplir un programa económico con el FMI, como lo tiene actualmente Ecuador.

Pero esta línea de crédito no es para todos los países. El FMI explicó que el “generoso acceso” de Colombia a esa línea de crédito se justifica porque cree que seguirá aplicando políticas económicas firmes.

Esa confianza se genera a través de los años, con un manejo ordenado de las finanzas públicas, déficits fiscales manejables, inflación controlada y supervisión adecuada del sistema financiero, además de una presentación confiable de estadísticas.

Lo anterior marca una diferencia con Ecuador. Para el FMI, Colombia tiene marcos de políticas muy sólidos, anclados en un tipo de cambio flexible, un régimen creíble de metas de inflación y una eficaz supervisión y regulación del sector financiero, así como reglas fiscales estructurales. Si bien esa fortaleza no evita la llegada de shocks externos, sí pone al país en mejores condiciones para afrontarlos.

Colombia no ha dejado de crecer en dos décadas, pero la pandemia se traducirá este año en una contracción económica del 2,4%. Las previsiones de Ecuador apuntan a una recesión del 6,3% este año, en medio de una debilidad de las finanzas públicas.

Ahora, si bien Ecuador no tiene acceso a una línea de crédito flexible con el FMI, sí ha hecho uso de otras opciones. El acuerdo alcanzado en marzo del 2019, cuya vigencia es por tres años, se firmó en el marco del Servicio Ampliado del Fondo (SAF). A través de ese acuerdo, Ecuador accedió a una línea de crédito por USD 4 200 millones, los cuales se desembolsan en función del cumplimiento de varias metas.

Una de esas metas es la presentación de estadísticas fiscales confiables, lo cual no se venía cumpliendo y que recién se está corrigiendo hoy. Eso explica la postergación del desembolso que debía llegar hace un par de meses. La aprobación de la Ley de Ordenamiento de las Finanzas Públicas es otra meta que está por cumplirse.

Ahora, los USD 643 millones que aprobó el FMI el viernes pasado responden a otra línea de crédito para emergencias, denominada Instrumento de Financiamiento Rápido. Si bien no tiene condiciones como el SAF, el monto que ofrece es limitado.

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