Para este lunes se prevé la firma del acuerdo comercial entre Ecuador y los cuatro países miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés). La suscripción de este convenio se produce luego de tres años de negociaciones.
El EFTA lo integran Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein, y abarca un mercado de 14 millones de habitantes. Con ello se abren oportunidades para el ingreso de productos a esos países con cero arancel, como banano, atún, camarón, plátano, flores, panela, quinua, mango, piñas, pitahaya, jugos de frutas tropicales, palmito, espárragos, entre otros.
La industria manufacturera también gozará del 100% de preferencias arancelarias de forma inmediata, con lo cual hay más oportunidades al producto con valor agregado.
Desde ese bloque, el país importa medicinas, vacunas, plasmas, productos inmunológicos, maquinarias, insumos industriales.
El PIB per cápita de esas naciones muestra la gran oportunidad para los productos ecuatorianos: en Islandia es de USD 72 000; Liechtenstein, con USD 169 000; Noruega, con USD 77 000 y Suiza, con USD 82 000.
A partir de la suscripción del convenio, que se realizará este 25 de junio en Islandia, se espera su ratificación en el Ecuador, en el Consejo de Comercio Exterior, en la Corte Constitucional y en la Asamblea Nacional.
Sin duda se trata de un mercado atractivo para Ecuador y ahora el objetivo debe ser trabajar para lograr el máximo aprovechamiento posible, con base en estrategias de transformación productiva y crecimiento de las exportaciones. Además, se constituye en una oportunidad para atraer inversiones.
Luego del EFTA, los retos de la apertura comercial continúan para Ecuador. En la agenda se encuentran EE.UU., México, India, Corea del Sur, la Alianza del Pacífico. La próxima visita del vicepresidente estadounidense Mike Pence a Quito permitirá abordar el tema comercial. Más aún cuando hacia ese mercado cada vez van más productos, como la pitahaya y el tomate de árbol.