El mundo se encuentra en conflicto consigo mismo, alertó el director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), William Swing, al describir el estado crítico de los desplazamientos de personas entre países y continentes.
“Debo decir que no solo vivimos tiempos de turbulencia y desazón, jamás he conocido un mundo como este que hoy tenemos”, enfatizó el veterano diplomático estadounidense. Swing expuso sus preocupaciones, al intervenir en una primera conferencia mundial de líderes religiosos, políticos y académicos, convocada por el Centro Ginebra por el Progreso de los Derechos Humanos y el Dialogo Global.
Las advertencias de Swing llegan mientras la Unión Europea procura, hasta ahora en vano, fijar una política común ante el arribo de millares de migrantes cada semana, y en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no acaba con la separación forzosa de más de 2.000 niños de sus padres migrantes, en un gesto juzgado como de extrema crueldad.
“No tengo noticias de que se lleve a cabo alguna negociación significativa ni tampoco de ningún proceso político en marcha”, refirió durante el encuentro. “Lo que sí hay, es una reacción anticíclica de la comunidad mundial, que se manifiesta en el temor al otro, en sentimientos antimigrantes y antirefugiados”, agregó. “Observamos que una tormenta perfecta se desencadena actualmente, con una docena de conflictos armados que se extienden entre el occidente de África y los Montes Himalayas, sin ninguna esperanza de resolver a corto o mediano plazo”, dijo. El máximo funcionario de la OIM , “a eso se suma que el número de personas en movimiento supera ahora los registros históricos, todo a causa de que la población mundial se ha cuadruplicado a lo largo del último siglo”.
Aunque gran parte de este fenómeno se desarrolla de manera regular, ordenada y segura, “aún nos quedan por lo menos 65 millones de personas que se ven forzadas a desplazarse”.