A veces resulta mal plan hacer turismo interno, justo cuando todo mundo viaja, lo cual generalmente sucede en la época de vacaciones escolares y en los feriados nacionales.
Apenas se emprende la travesía viene inmediatamente el arrepentimiento, por el caos vehicular y eternas filas de carros, que toma hasta dos horas para salir del atolladero. Pero, ya en el destino se tienen más decepciones: playas saturadas, restaurantes llenos y ríos de gente por todo lado. A muchos nos han pasado esas experiencias.
La propuesta, entonces, es conocer el país en las temporadas bajas o menos congestionadas. El Ministerio de Turismo intenta que el ecuatoriano haga turismo interno justamente en esas épocas, a través de su programa Gran Feria Turística, que consiste en ofrecer paquetes a menor costo.
Viajar durante esta época tiene sus beneficios: servicios más baratos, tranquilidad y alejado totalmente del caos de todo tipo.
El país también sacaría mucho provecho, porque las economías de las ciudades que dependen de la actividad turística se dinamizarían todo del año, y no solo por meses.
Con esa dinámica sería otra la realidad económica de muchas zonas que pasan totalmente vacías una buena parte del año.
Solo por citar ejemplos, Atacames, Cuenca y las playas manabitas, con excepción de Manta y Pedernales, que son más dinámicas, se activan en los asuetos o vacaciones.
Los hoteleros, dueños de restaurantes y de pequeños negocios de Atacames han dicho que lo que ganan en los días de Carnaval, en las vacaciones escolares de la Sierra o de Difuntos o la independencia de Cuenca les alcanza para sostenerse todo el año.
Algo parecido pasa con Cuenca, donde incluso en feriados nacionales cortos recibe una poca cantidad de visitantes. Es importante que los empresarios o emprendedores privados, así como los municipios y prefecturas (algunos ya lo hacen), se integren a esta iniciativa. Se potencia el turismo todo el año y así se refuerza la marca país.