Es probable que no sea delito robar ideas ni reflexiones ajenas. Sucede con Fernando Mires cuando analiza la participación electoral de Capriles y el abstencionismo de Guaidó en Venezuela. Explica el analista chileno que la política implica diálogo, calles, redes y elecciones. Y que la abstención nunca tiene salida, mientras que la participación puede que la consiga. El caso es aplicable al Ecuador donde silenciosamente, día a día se labora un régimen antidemocrático, en buen castellano una dictadura; porque la democracia solo funcionará hasta cuando el pueblo hastiado tire la toalla y deje de seguir votando.
En el Ecuador todo lo que es público está desprestigiado al extremo, tanto la corrupción como por la incompetencia. Sin embargo, ante tanto desastre siguen vigente las elecciones, los candidatos y lo principal, que es indelegable y secreto, el voto del pueblo. En el esquema del análisis, por principio hay que admitir que puede haber fraude y experiencias recientes como un apagón de luz en medio del escrutinio final; en otros ámbitos, enardecidos ciudadanos porque prontuariados pueden ser electos, sobreseidos o con grilletes. Todos expertos en tomar prestados recursos en efectivo del erario y la construcción pública; sin embargo, tenazmente el pueblo sigue votando. Aunque desconozca como se tejió la franela entre Nebot y Lasso. En el fondo, o importa que el devoto pueblo de la lista 6 demande conocer cuáles fueron los arreglos que permitieron el milagro estelar de un solo candidato con dos listas diferentes. ¿Qué se han dado entre el uno y el otros? Pues, desde las cavernas, una negociación requiere por lo menos hay dos y, en el reparto, algo gana cada uno. Por respeto o misericordia a los militantes social cristianos hay que darles alguna explicación. Por ejemplo, en vez de burlarse, por lo menos decirle que el pacto consistió en un ensayo político federalista: el Guayas para este el lado y el resto para el tuyo.
Después de tanto embuste el mensaje de Mires basado en la experiencia venezolana y en los comicios de Bielorrusia es claro: que le pueblo siga votando y que tome conciencia de que la resistencia no solo está en las calles y en las redes, también en las urnas.
Algunas veces el voto es heroico y legendario. Hay que pensar en los hombres y sobre todo las mujeres en Minsk, capital de Bielorrusia vestidas en blanco, encarando a Putin y a su títere local, en las bocas de los tanques expertos en Budapest y Praga.
Ojalá que después del duro episodio de febrero del 2021 en Ecuador se aprenda tres lecciones: a.- las votaciones primarias son una farsa pues las listas ya están elaboradas. b.- Al elegir legisladores en la primera vuelta se siembra la inestabilidad pues el poder legislativo se llena de amebas en su gran mayoría que devoran hospitales, carreteras y grandes obras públicas y c.-El gobierno, sin respaldo fuerte cae o acepta, por lo menos, una corrupción pasiva: permite y firma todo lo necesario.