Mensaje de Macri

Sin pretenderlo, el mandatario argentino Mauricio Macri ha enviado un mensaje que se ajusta al presente y posible futuro del Ecuador inmediato. Asumió el mando tras la debacle kirschnerista que no debe ser identificada con el peronismo histórico. Ese, el de la pareja de La Rioja, fue un régimen desbordado por la abundancia de las exportaciones de sus materias primas; además, sin oposición política organizada. Se añade a este proceso el devoto seguimiento a la ruta de obras, contratos a la medida y un capítulo de sobornos y comisiones de dimensiones incalculables.

El proceso no fue único en el siglo XXI pues existe un “copyrating” aplicado en Venezuela, Ecuador y otros regímenes que en la actualidad están en la mira de sus organismos fiscalizadores. Pero la fuente se agotó y, en Argentina funcionó el péndulo con Mauricio Macri que, incluso, tenía entrenamiento con masas populares pues había sido campeón con Boca Juniors. Sin embargo, como la tragedia griega también tiene un costoso desenlace: reducción del gasto público (desempleo) eliminación de precios populares, inflación y por ende acuerdos con el FMI. Celebraciones para los neos liberales, Chicagos Boys y toda esa jerga de igual pelambre.

La gran diferencia con el Ecuador es que, en las actuales circunstancias políticas, la reelección presidencial no es viable en la mitad del mundo. Por tanto, el régimen solo está decidido a un aseo prolijo de los restos correístas, mejorar la imagen internacional política y económica del país, pulir en una incubadora al vicepresidente y, como corolario, perseguir a los jerarcas del gobierno anterior hasta obligarlos al exilo o someterlos a las manos de la justicia como se hizo en Núremberg con los jerarcas del nazismo.

A diferencia del caso argentino, en Ecuador no es posible un pronóstico del porvenir inmediato. Los recientes resultados electorales tienen cartas de difícil compresión como son el voto de los jóvenes y de algunos sectores de adultos. Están cansados u hostigados; la tarima y la oferta seductora ya prescribieron. Como en la moda y el canto, buscan lo nuevo con la esperanza de un rumbo diferente. Si no lo encuentran, es peligroso pues les aconsejarán que es preferible lo viejo conocido. Debe sumarse a este novedoso escenario, el 40% del voto nulo y blanco con el que expresaron el deseo de que desaparezca el Consejo de Participación Ciudadana.

Sin embargo, debe considerarse también un elemento inexplicable como la votación de lo que pudiera llamarse “correismo” o herencia del pasado inmediato. Nostalgia o necesidad de la misma jeringa con distinto bitoque. No se trata de una comparación del líder belga con Juan Domingo Perón, para eso está Maduro a la orden para cualquier parangón. Al final pasó la fiesta y el nuevo dueño exigirá la casa limpia. Lo hará parodiando a Camilo Ponce Enríquez cuando dijo que asumía el poder, pero que no era un síndico de quiebra.

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