La violencia de género en Cuba

Patricia Grogg
Activistas e investigadoras dedicadas al estudio de la violencia de género en Cuba consideran cada vez más necesaria una ley integral que proteja a las víctimas y prevenga el flagelo, ignorado públicamente hasta hace pocos años en este país caribeño.

La legislación es necesaria “porque aun cuando el ideal de nuestra sociedad se basa en la justicia y la equidad, persisten desde lo social expresiones de violencia contra las mujeres que se invisibilizan y contribuyen a la impunidad del maltratador”, explicó la psicóloga Valia Solís.

La profesional del no gubernamental Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo – Cuba, situado en Cárdenas, en la occidental provincia de Matanzas, agregó que esta ley no debe limitarse a la sanción de la privación de libertad, pues la violencia requiere de un abordaje preventivo antes de que el comportamiento y sus consecuencias se agraven.

Varios artículos de la Constitución cubana, el Código Penal y otros cuerpos legales incluyen normativas relacionadas con la equidad de género, pero no existe una legislación adecuada y específica dirigida a enfrentar la violencia machista ni los instrumentos suficientes para proteger a las víctimas.

Las personas sujetas a maltratos por motivo de género se encuentran “en estado de vulnerabilidad y una ley podría atenuar este hecho”, consideró Aída Torralbas, profesora e investigadora de la Universidad de la oriental provincia de Holguín, quien alerta que este fenómeno suele pasar inadvertido y en la impunidad.

“Es un hecho que los propios agentes de seguridad, la policía, desconocen cómo tratar estos problemas”, acotó Mercedes Abreu, trabajadora social del Taller de Transformación Integral del Barrio (TTIB) de Pogolotti, en el municipio capitalino de Marianao. Los TTIB fueron creados en 1988 para el trabajo social en barrios desfavorecidos de la capital y están subordinados administrativamente al gobierno municipal.

Los TTIB y organizaciones de la sociedad civil han contribuido a sacar del “clóset” una realidad que es producto del predominio en la sociedad cubana de una cultura patriarcal que contradice los avances en equidad como salarios iguales a los percibidos por los hombres, incorporación masiva de la población femenina al estudio y el trabajo junto al acceso universal, gratuito y seguro al aborto.

De acuerdo a datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), un total de 20 países de América Latina y el Caribe cuentan actualmente con leyes de violencia contra las mujeres, aunque solo en ocho se asignan recursos específicos en su presupuesto nacional. En tanto, 14 países han tipificado el delito de feminicidio y dos lo han establecido como un homicidio agravado por razones de género en su legislación.

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