En Latacunga se hace dinero con el miedo de los habitantes que viven en las zonas de riesgo y amenazados por la posible erupción del volcán Cotopaxi.
En nombre del coloso se justifica el aumento de los precios del arriendo de casas, departamentos o cuartos; se condiciona a la gente a pagar valores exagerados para ofrecerles un sitio seguro lejos del volcán; se intenta darles gangas por las vaquitas, sus tierras o casas.
La ordenanza que elabora el Municipio de Latacunga, para frenar el incremento de los costos en el alquiler de viviendas, es una iniciativa saludable para aprender a convivir con el proceso eruptivo del Cotopaxi.
Esta ordenanza facilitará una mejor convivencia para quienes, por ejemplo, tuvieron que dejar toda su vida a orillas del río Cutuchi. Sí, su vida; porque se han desprendido de sus casas o bienes que les costaron tanto conseguir, para mudarse a un lugar seguro.
Esos abusos también afectan a los campesinos de las parroquias Mulaló, Aláquez, Pastocalle y otros sitios rurales que se encuentran en las zonas de peligro. Como no tienen alimento para sus animales, porque la ceniza ha contaminado el pasto, los agricultores intentan venderlos, pero los especuladores quieren aprovechar su desesperación. Si una res se cotiza en USD 500, la negocian por 150.
Las ferias de venta de ganado a un precio justo -que implementó el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuacultura- han frenado en algo la especulación, pero aún falta llegar a más campesinos de las parroquias rurales del cantón Latacunga.
Normativas o propuestas similares a la ordenanza y las ferias se esperan para el caso de la venta de casas en los sitios considerados seguros, para evitar la especulación. La idea no es controlar el mercado sino facilitar el acceso a quienes necesiten una nueva casa.
Solo de esa forma se ayuda a los desplazados por el volcán, pues muchos ya se trasladaron a la capital cotopaxense o a cantones cercanos, como Pujilí, Saquisilí o Ambato.
Las experiencias de 16 años con el volcán Tungurahua pueden servir para el Cotopaxi.