Opción de poder
En un país subdesarrollado, en donde es obligatorio votar, la opción de poder se inclina hacia quien cautive a la masa mayoritaria de electores, que carece de información política, ni le interesa. Por eso es que el movimientismo electoral está sustituyendo a los partidos políticos y tiene mejores posibilidades de conseguir este voto mayoritario. Los tiempos han cambiado, las ideologías ya no pesan porque sus fronteras se borran a medida que los clientes electorales son personas sin formación pero con necesidades insatisfechas. Surge entonces con fuerza el populismo que es políticamente incorrecto aunque electoralmente efectivo.
El panorama de las próximas elecciones reduce a confrontar a Rafael Correa frente a los demás y estos están tan dispersos que difícilmente se ve a un candidato con la opción de alcanzar la clasificación para una segunda vuelta presidencial.
Mientras la opción izquierdista de Correa es fuerte por la ilimitada capacidad de propaganda, al frente hay divisiones y carencia de un político prestigioso, capaz de convocar a una corriente caudalosa de electores. Entonces la clave es hacer lo necesario para que Correa no llegue al cuarenta por ciento de los votos válidos, aunque el que le siga no tenga un porcentaje tan cercano como deseable.
Correa verá disminuido los votos que obtuvo en el pasado, provenientes del MPD, de Pachakutik y demás movimientos de izquierda radical que irán a Alberto Acosta. No serán muchos votos pero influirán restando a Correa y esto al final puede ser importante en el cómputo electoral.
La derecha económica no está segura que le convenga sustituir a Correa pues está prosperando como nunca, pero la forma de gobernar la enerva porque tiene que pagar más impuestos y por su posición internacional. Ahora tienen dos candidatos –Lasso y Noboa- como dos aguas que se anularán mutuamente en su objetivo de clasificarse para la segunda vuelta. El coronel Gutiérrez mantendrá su voto duro que es el escondido, que aparece los últimos días en las encuestas, pero que no será tan caudaloso como para asegurarle el segundo puesto en la primera vuelta.
Las encuestas van a ser muy importantes en esta vez, para vislumbrar acertada y oportunamente al candidato de oposición que tenga las mayores opciones para hacer una campaña a favor de no desperdiciar el voto en candidatos sin opción de poder.
También serán importantes las encuestas sobre qué es lo que quiere ahora la gente, para ver qué ofrecer para contrarrestar la campaña ilimitada del gobierno.
El pueblo que ya recibe el bono querrá más ofertas para mejorar su bienestar, si toma el bono como un derecho por la redistribución de la riqueza y no como una dádiva interesada. Los clientes electorales siempre demandan más de lo que ya tienen.